POR: Francisco L. Carranco.- Acostumbrados a observar el servilismo, la obediencia y resonancia de los diputados federales ante la toma de decisiones del Presidente en turno, la instalación de la 64 legislatura del Congreso de la Unión evidenció que las cosas serán diferentes y más con la designación, de Porfirio Muñoz Ledo, como presidente de la junta de coordinación política de la Cámara Baja.

El viejo, pero muy viejo político, diputado Muñoz Ledo, demostró desde la recepción del 6to. Y último Informe del Presidente Peña Nieto como serán las cosas en el Congreso los próximos seis años.

En lo que se consideró un acto republicano la recién instalada Legislatura recibió por escrito, a través de un representante del Presidente Peña, el informe de la situación que guarda el país en los diferentes rubros del casi por extinguirse Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018 que debió cumplir la Gestión Presidencial, fue aceptado y recibido, como bien lo marca la Ley.

Sin embargo, el protocolo presidencial requirió a los presidentes tanto de la Cámara de Senadores como el a los Diputados Federales a que lo acompañaran al mensaje presidencial que, desde el Palacio Nacional, emitió el aún Presidente Enrique Peña Nieto a la nación.

Hasta aquí todo iba bien, las formas se cubrieron con los protocolos requeridos y México  conoció lo bueno y lo malo, los logros que fueron mínimos para el bienestar de los mexicanos y los errores, yerros e incumplimientos que fueron muchos, tantos, que acabaron con la figura presidencial, con el partido y con un sistema político corrupto que si no ha llegado a su fin, si está a punto de iniciar una compostura mayor para erradicarla de algunas dependencias e instituciones del sistema gubernamental que entrará en funciones el 1 de diciembre.

Y bueno, en la primera sesión del Congreso para desahogar los asuntos competentes del Cámara, el diputado federal Santiago González Soto (PT), le preguntó a Muñoz Ledo en calidad de qué acudió al Sexto Informe del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, sí a título personal o como representante de la Cámara de diputados, acción que sacudió de entrada al Presidente de la Mesa Directiva de los diputados, a lo que contestó bastante ofendido.

Primera alerta: “No acepto ninguna censura porque los actos públicos de las diputadas y diputados son nuestra exclusiva responsabilidad ciudadana y política”, dijo el diputado presidente, Muñoz Ledo, increpó muy molesto a quién lo inquirió.

Obviamente, la respuesta no satisfizo al diputado del PT porque no fue la esperada, como sabio y conocedor de los debates políticos, Muñoz Ledo se fue por la respuesta autoritaria, soberbia, unilateral e impositiva, “sólo yo mando aquí” fue el mensaje.

Acto seguido, Gerardo Fernández Noroña, pide la palabra para una moción y Muñoz Ledo la chaza, en el mismo todo y trato con el que inició la discusión con el diputado González, durante unos minutos de soliloquio Muñoz Ledo, siguió negando la palabra a Fernández Noroña, que finalmente encara amenaza y hace que Muñoz Ledo pierda la compostura y arremete contra Fernández Noroña en un tono bastante fuerte con palabras enérgicas, con calificativos rudos y acusaciones. Finalmente, Muñoz Ledo, dice que no le dará la palabra “¿para qué?” dijo.

El viejo político que cobró fama pública, porque fue el primer diputado, que siendo militante del PRD interpeló a Miguel de la Madrid Hurtado y, prácticamente, acabó con el ritual del formato acartonado del Informe Presidencial en la Tribuna Más alta del este País: El Congreso de la Unión.

Aquella valentía de 1988 se minimizo con la asistencia al mensaje presidencial a la nación, que es lo que le criticaron, se observó al gran jefe político cobijando como presidente de la mesa directiva del Congreso al, quizás, peor presidente de la república, que estuvo a punto de hundir a este país en la peor crisis social de la historia y ahí estuvo, Muñoz Ledo, extendiendo el lazo protector del Congreso al fallido mandatario mexicano.

Segunda alerta. Ya entrado al calor de la guerra de palabras contra Fernández Noroña, Muñoz Ledo le dice quién cree que pueda más un diputado a la inmensa mayoría de los diputados e MORENA. Y se lo demostró.

O sea, que el diputado Presidente evidencia que a una señal de él, toda la votación de los diputados de MORENA será a su favor, acto seguido preguntó a la asamblea “le doy la palabra a Fernández Noroña” preguntó, y el pleno se fue por la negativa, entre burlas y despotricando maldiciones, como ejemplo y prueba de lo que es capaz su bancada contra Fernández Noroña.

Tercera Alerta. El diputado Presidente, Porfirio Muñoz Ledo, luego de la batalla de palabras, ideas, descalificaciones, amenazas y arenga compromete al Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quién ha estado pendiente de los exabruptos; tratando de tener controladas las pasiones y emociones de todos los personajes que ganaron una curul en las elecciones, intentando que sus correligionarios sean mesurados en su actuación y traten de ser los verdaderos representantes que al sociedad y el electorado desea.

“Déjense de payasadas” dijo López Obrador a los diputados Muñoz Ledo, Fernández Noroña y al resto de los congresistas de Morena, compórtense a la altura; La mano dura tuvo que aparecer, para que la Cámara no se convierta ni en teatro para shows personales, ni arena para peleas ni mercado para chismes de chilatoleras.

Luego del jalón de orejas de AMLO y a la vieja usanza priistas los legisladores Muñoz Ledo y Fernández Noroña, seguramente, pactaron su relación parlamentaria, sus puntos de vista negativos y llegaron a un acuerdo, ambos dijeron y explicaron sus diferencias y coincidencias y, aseguraron, que el Presidente Electo, no lo regañó, quizás solo les advirtió que la actuación de todos ellos estará bajo escrutinio y será censurado o aplaudido por todos los mexicanos que votaron por ellos, nomás.

Así, la intención, de Porfirio Muñoz Ledo, de hacer callar a los contrarios y presumir su todopoderosa e inalcanzable postura para quien no este con él, demostró que bajo la TUTELA de MORENA se esconde un exceso de autoridad que sólo el Presidente Electo pudo contener.

Así que prevenidos para lo que venga.

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