Carlos Alberto Duayhe.- En la inauguración de la nueva terminal aérea “General Felipe Ángeles” el pasado 21 de marzo que dará por ahora servicio complementario al de la Ciudad de México, muchos fueron los mensajes, pasados, presentes y futuros.
Misión cumplida, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en la ceremonia de inicio de actividades de esa central, tal cual fue su promesa al inicio de su gobierno.
De paso conmemoró así el natalicio de Benito Juárez García, el inicio de la primavera y la emisión de un decreto –esperemos irreversible- publicado en el Diario Oficial de la Federación.:
“Se declara área natural protegida, con el carácter de Área de Protección de Recursos Naturales, la zona conocida como Lago de Texcoco que se ubica en los municipios de Atenco, Texcoco, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl y Ecatepec de Morelos en el Estado de México, con una superficie total de 14,000 hectáreas”.
Es de conocimiento público la cancelación por parte del gobierno federal del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, por dos razones centrales:
La primera, el deslinde del llamado neoliberalismo impulsado por los gobiernos de Salinas a Peña Nieto, eje político de la Cuarta Transformación; la segunda, aviso también a los grupos del sector económico privilegiado que emprendieron el proyecto con una inversión inicial de 280 mil millones y que iba a concluir, ya en el actual gobierno, en 400 mil millones de pesos.
Otra razón de peso fue el impacto ecológico en ese espacio aún natural del área metropolitana que es el vaso de Texcoco y el evidente imán que iba a generar mayor crecimiento urbano del que ya se padece en la capital y municipios conurbados, con más de 20 millones de habitantes, cerca de la mitad de las industrias que hay en el país y la circulación de casi 5 millones de automotores diarios, si procedían esas instalaciones.
Ahora hay ya un aeropuerto alterno, construido por los militares en tiempo record, que irá absorbiendo parte de las casi 328 mil operaciones por año –nacionales e internacionales- en el actual Benito Juárez de la colonia Balbuena rodeado por la gran urbe, con los riesgos que ello implica.
De acuerdo o no con el actual gobierno federal, esperemos que esa infraestructura pagada con los impuestos de la sociedad, resulte beneficiosa en la zona central de México y, como se dice por ahí, a volar en serio.
Atraques
1. El 10 de abril viene el voto relativo a la revocación de mandato, que vaya si va a costar al Instituto Nacional Electoral (INE) cuando hay elecciones en cinco estados. Para el presidente López Obrador es un referéndum, que ni que, y para que sea vinculatorio, es decir legal necesita algo así como 34 millones de votos de un padrón de 96 millones de mexicanos.
2. La inflación sigue pegando y macizo, ya mayor al 7 por ciento. Con decir, un panque de aquellos Bimbo, anda en 40 pesos, a 4 la rebanadita.
3. El senador Ricardo Monreal sigue firme hacia la sucesión, aun cuando Claudia Sheimbaun y hasta Marcelo Ebrard le siguen, paso a paso, las huellas, tlayudas incluidas.
4. No es por distraer, pero vaya pésimas condiciones de ríos, arroyos, lagos, lagunas, mares, la contaminación de a peso y nada más no se ve por dónde. El Río Blanco en Veracruz, corre contaminantes por sus aguas tanto urbanos e industriales.