POR: Francisco L. Carranco.- La reciente reforma que dio mayores atribuciones a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), ahora encabezada por Omar García Harfuch, marca un cambio significativo en la lucha contra la delincuencia en México.

Ya que, con la aprobación unánime de 441 diputados, esta reforma no solo consolida la estrategia de seguridad pública del país, sino que también establece un marco jurídico robusto para combatir la criminalidad, perseguir el delito y proteger a la población, dándole a, García Harfuch, la confianza de su actuación y otorgándole el mando civil en las nuevas estrategias de combate a la inseguridad.

La reforma al artículo 21 de la Constitución, considerado un cambio necesario, permite a la SSPC investigar delitos, una facultad que anteriormente estaba reservada exclusivamente solo  para la Fiscalía General de la República (FGR); esta potestad es crucial, ya que dota a la Secretaría de herramientas necesarias para actuar de manera más efectiva en el combate al crimen, desechando la dilación en los procesos de investigación.  

El Secretario, Omar García Harfuch, ya demostró su capacidad como jefe de policía en la Ciudad de México, ahora que dirigirá una «súper Secretaría» le responsabiliza coordinar las acciones de seguridad a nivel nacional, lidereando a efectivos de la Marina, la SEDENA y Guardia Nacional en la persecución de la delincuencia e investigación de los delitos.

La primera acción destacada bajo su mando fue el Operativo Enjambre, que recibió una respuesta positiva por parte de la ciudadanía; este operativo no solo mostró un compromiso con la seguridad, sino que también evidenció una estrategia planificada para abordar problemas específicos en áreas afectadas por la violencia.

Esto significa que, por primera vez, hay un esfuerzo unificado para enfrentar el crimen organizado y otros delitos que afectan a las comunidades como lo es la extorsión, además, del fortalecimiento del Sistema Nacional de Inteligencia que asegura que las decisiones se basen en datos estratégicos y análisis profundos, lo cual es esencial para anticipar y prevenir delitos y combatir al crimen.

La expectativa ciudadana es alta, hay esperanzas de que se logren avances significativos en la reducción del crimen y en el fortalecimiento del tejido social. La ciudadanía está atenta, esperando resultados tangibles que demuestren que este cambio no es solo un ajuste administrativo, sino un verdadero compromiso a la seguridad y bienestar.

La prueba de la capacidad de respuesta del estado mexicano es este primera acción con el Operativo Enjambre, implementado recientemente en el Estado de México, ha tenido un gran impacto en la percepción pública de la seguridad, ya que este esfuerzo, buscó desarticular redes criminales vinculadas al crimen organizado y, definitivamente, ha sido bien recibido por la ciudadanía debido que la población sabe de esas complicidades que habían pasado desapercibidas.

Las detenciones de funcionarios y policías locales presuntamente vinculados con bandas criminales, refuerza la confianza ciudadana en las autoridades, el desmantelamiento de esas redes de complicidad en municipios clave del estado de México, envía un mensaje claro de que la corrupción no será tolerada y debilitará la colusión de funcionarios en acciones delictivas.

La población muestra apoyo al operativo, especialmente porque aborda problemas estructurales como la infiltración del crimen organizado en gobiernos locales. Este enfoque genera esperanza de un cambio real en la seguridad pública, tan urgente en este país. El primer paso se ha dado.

Suburbio 1

A pesar del impacto positivo del Operativo Enjambre, la fuga de mandos policiales antes de ser detenidos evidencian la necesidad de implementar mayor inteligencia.

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