POR Francisco L. Carranco.- Esta colaboración emerge del contexto urbano, en las ciudades del estado donde cotidianamente el paisaje de la violencia está presente, con mayor fuerza, cada día más grave vulnerando todas las acciones sociales de la población, donde paralelamente se desenvuelven más y variadas formas de violencia que aterran a los ciudadanos.
Si bien la llagada de la Guardia Nacional al estado desde hace unos días ha traído una relativa y escasa disminución de los delitos de alto impacto, si podemos reconocer un alivio el saber que ese destacamento militar está en la ciudades y que pronto los operativos y estrategias de guerra, podrían darle frente a la delincuencia organizada y a los delincuentes que se dedican al secuestro, extorsión, robos, cobro de piso y otras actividades delictivas que agobian a las ciudades provocando temor.
La ciudad como escenario de los diferentes tipos de violencia ha enrarecido el ambiente de convivencia social entre los pobladores, los informativos tradicionales y redes sociales son el termómetro de lo que está pasando en cada población donde los hechos cimbran a los ciudadanos y rompen el tejido social, las noticias no paran. Pero, en su mayoría, son de la “Nota roja”
Obviamente, los índices de violencia se dan más en los centros urbanos más poblados, que en poblaciones rurales, en su mayoría son producto de los choques entre delincuentes, en otras con la policía y otras más en agravio de los ciudadanos, pero, de este último se empieza a visibilizar, más a menudo, el efecto de la violencia como un fenómeno social en el cual los propios ciudadanos son los protagonistas,
En días pasados sucedió un evento espectacular en donde un chofer de taxi se vio involucrado en un accidente de tránsito donde este conductor que, manejaba a exceso de velocidad, seguramente al intentar rebasar a otro automóvil o, quizás, iba atendiendo el celular o vaya usted a saber cómo manejaba, la cosa es que terminó en volcadura cayendo del puente de la entrada a la colonia Revolución, dejando al taxista prensado en el automóvil y en muy malas condiciones de salud.
Este acto violento que casi acaba con la vida del chofer de taxi, evidencia, nuevamente, la permisibilidad e incompetencia de las autoridades de transito que no han podido meter al orden al gremio de los taxistas que parece que están en lucha constante contra los demás automovilistas y gente de la ciudad, rompiendo y vulnerando todas las normas del Reglamento de Tránsito que ni de chiste respetan, ocasionando lamentables perdidas económicas, mecánicas y, en ocasiones humanas, provocados por el manejo temerario de esos sujetos con la impunidad y tolerancia permitida, insisto, de las autoridades de Tránsito.
Afortunadamente, no hubo más víctimas de la irresponsabilidad del taxista más que el mismo y daños materias del vehículo.
Luego, en la ciudad de Veracruz, ocurren un evento impresionante de agresiones entre ciudadanos que, sufrieron agresiones violentas y lamentables, en el primer caso que me permito comentar, es la de un par de sujetos que discuten en un centro comercial por un “cajón de estacionamiento” que si uno lo vio primero y el otro más “gandaya” le gana el espacio para estacionar el auto, inmediatamente, empiezan los reclamos y de ahí pasan a los golpes con la agravante que uno de los adversarios saca un cuchillo y como va lo encaja en la cabeza del otro contrincante, con daños para ambos; uno terminó en el hospital y con la pérdida de un ojo, y el otro, terminó en la cárcel con una pena condenatoria por la agresión al otro ciudadano, nuevamente, aparece el fenómeno violento que está posicionando en el ambiente de las calles y, con toda la frialdad que da la deshumanización, provocada por la violencia, un hombre pierde la vista y el otro la libertad, por la tonta discusión que, con un poco de prudencia en ambos, se hubiera evitado.
Y el último y no menos escabroso fue el sufrido por una compañera comunicadora que fue, brutalmente, golpeada por un desquiciado “funcionario e influyente abogado” de nombre Josué N, que ante la solicitud de ella para que no le “aventara” a su perro rottweiler a sus mascotas, éste le contestó con un puñetazo a la cara que la tiro y, ahí en el piso, arremetió a patadas contra ella y cobardemente se retiró del lugar, dejando a la mujer lastimada y en el suelo.
De inmediato se logró la detención del agresor y la Fiscalía General del Estado, lo presenta al Juez con los señalamientos de delito de Genero, pero, otro acto violento del juez, éste desestima la acusación de la Fiscalía, desestima las pruebas presentadas, desestima el certificado médico y desestima los golpes físicos y psicológicos que el agresor propinó a la comunicadora.
El juez, seguramente corrupto, impuso una fianza de $5,000.00, lo puso en libertad, y comprobó que el cobarde abogado efectivamente es un abogado influyente que impresionó al juez y obtuvo su libertad de inmediato, dejando a la mujer con su pena, su coraje y decepcionada, al igual de todos nosotros, del sistema judicial de Veracruz,
Estos eventos violentos, extremadamente violentos que ocurren en las ciudades dejan entrever la descomposición social que la violencia que se da en el país en general, ha permeado en la ciudadanía que, a excepción del taxista, todos quieren arreglar los problemas con violencia y prepotencia, provocando daños graves a los ciudadanos que, con autoridades tan débiles, permiten que la impunidad y la corrupción sigan mandando para mal de la convivencia social.
Como en las épocas de las cavernas, la barbarie y el poder del más fuerte será el que imponga la sinrazón, para convivir en el mundo violento, total acá no pasas nada y si pasa, a nadie le interesa.
Suburbio 1
La violencia tiene su origen en la impunidad, la corrupción y la impunidad