Por Francisco L. Carranco.- El año nuevo ha comenzado con dos eventos influenciados por el odio o la falta de prudencia o poca paciencia, desesperación, cansancio de ser hombres públicos, o también por arrogancia, prepotencia y superioridad que confiere el puesto, lo que haya sido son actos que invitan a la reflexión porque a partir de los días que vienen las cosas pudieran cambiar para bien o para mal en el mundo.
Dos hombres de estado, dos hombres que dirigen desde sus posiciones las fuerzas más poderosas del mundo Jorge Mario Bergoglio, el Papa, dirigente planetario de la religión Católica y Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos, dirigente del país más poderoso del mundo que, ambos en eventos separados, captaron la atención mundial el primero por un incidente ante feligreses y el otro, un ataque armado contra un blanco en Irán, las consecuencias han dado la vuelta al mundo, hay tensión y decepción por la actuación de los lideres que no dejan de ser hombre comunes y corrientes, proclive a cometer errores.
El Papa Francisco, lider espiritual de la Iglesia Cataólica, pastor universal de la religión más grande y poderosa que, por la cantidad de feligreses, ostenta la percepción de la humanidad como un ícono que guarda todas las bondades y virtudes que profesa la devoción de los hombres y mujeres que, sin miramientos, se entregan con fe y pasión al catolicismo.
Bueno, esos que perciben, por sobre todas las cosas, al Reverendo Padre como el represenante terrenal de Dios, que son capaces de ofrendar su vida y convertirse en martires por la causa de su iglesia, recibieron una tremenda bofetada por la iracunda respuesta del sumo pontifice contra una feligresa que jaló de su mano para pedir algo o, bajo la euforia de estar tan cerca del Papa, no pensó en nada mas que estrchar la mano del pontifice.
Pero, la reacción del Papa contra la mujer no solo fue de disgusto, sino la iracunda respuesta del supremo padre, que arremetió a manazos contra la pobre mujer que, además, de dirigirle algunas palabras de enojo por su acción, le voltéo la espalda y al público universal que veía la televisión en vivo y a traves de redes regaló la cara desfigurada por el odio que reflejó la expresión dibujada en su talante, como si hubiera recibido la peor ofensa que un individuo puede profesar a su semejante.
En pocos minutos las redes sociales daban la vuelta al mundo con los comentarios en contra de la acción papal, miles, quizas millones de acotaciones en contra de los manazos y desprecio hacia la mujer por parte del Papa, signaron y señalaron al pontifice como un hombre soberbio, un hombre no el Papa, decepcionando a gran parte de la comunidad católica que no daba credito a la reacción del Santo Padre sobre el incidente provocado por la mujer y, por primera vez, los señalamientos de los usuarios de las redes contra este alto lider moral y espiritual de la Iglesia fue avasayador, tanto, que obligó al Papa a pedir disculpas públicas al mundo por su falta de paciencia, dijo y esa reacción, que causó una respuesta considerada incongruente del Líder moral de los católicos, precisamente, cuando ofreció una homilía en la que condenó con firmeza la violencia, la humillación y las ofensas que sufren con frecuencia las mujeres; obviamente, lo perdonarán porque el que se equivoco fue el hombre no el Papa, si esto sirve de consuelo…
Y no terminábamos de repasar los comentarios sobre el incidente Papal, cuando nos informan que el sábado por la mañana las fuerza militares estadounidenses atacaban un blanco Iraní, en el cual dieron muerte al vicepresidente de las milicias cjiítas iraquíes “Multitud Popular” Abu Mahadi al Mohandes y al comandante de la fuerzas Quds de los guardianes de la Revolución de Irán, luego de un ataque perpetrado por las fuerzas iraniés emn contra de la embajada de EU en aquel país, estupendo pretexto para imponer a capricho la fuerza.
Fuera de ser un ataque muy bien planeado y ejecutado a la perfección, bajo las órdenes del lider político del país más poderoso del mundo, Donal Trump, provocó la tensión bélica en aquella región del planeta, propiciando las repercusiones sobre el bombardeo.
Tanto los Estados Unidos y Europa, ponen en alerta a sus efectivos militares y, nuevamente, la comunidad internacional, también, en alerta ante los posibles actos de venganza contra ciudadanos que no tienen nada que ver con el conflicto de intereses de los Estadounidenses o el Presidente Trump, en contra de los Iraníes. El demonio anda suelto advierten.
Trump, dijo, en su cuenta de Tuitter que el ataque contra las bases militares en Irán fueron como una manera de advertencia y disuadir al enemigo de una posible conflagarción militar entre ambos países, sin embargo, el ataque ha sido censurado, se han izado la bandera roja de luto nacional, pero, también, de venganza donde los iraniés e iraquiés preparan actos terroristas en contra de Estados Unidos y sus aliados.
El 2020 empieza muy tenso con sendos golpes a la fe, la esperanza y la paz mundial, obviamente, los caos expuestos son una mera interpretación subjetiva de los actos que vulneran la percepción mundial de la gente sobre las potencias y sus lideres mas importantes del orbe, una que predica la fe, la bondad, prudencia y tolerancia espiritual y la otra que presume la protección del mundo, a través de su poderío militar, sin que nadie lo pida y a título propio de ser la nación más poderosa del mundo decide, por mutuo propio, bombardear la casa de sus enemigos para disuadir un conflicto militar a la hora que quiera y sin importar las consecuencias.
En fin, a estar pendientes porque los daños colaterales de una guerra afecta a todos los países aliados, la politica y economia internacional y genera situación de miedo en la gente en cualquier país donde el terrorismo tenga una celula, porque esos grupos pocas veces atacan a enemigos militares, atacan a ciudadanos provocando un infierno terrenal con crisis, miedo, mucho dolor y odio, que es su fin último.
Suburbio 1
Oficialmente hoy seis de enero empieza e ejecutarse el ejercicio fiscal 2020, todos esperan los planes, programas, acciones y beneficios para la sociedad y, principalmente, su difusión y la inversión pública, que sea para bien.