Ante la inminente llegada de la canícula, un fenómeno climático que reduce considerablemente las lluvias y eleva las temperaturas, autoridades municipales de Córdoba, a través de Protección Civil y la Dirección de Salud, han intensificado sus labores de prevención e información hacia la ciudadanía.
La canícula, prevista usualmente para julio y agosto, no tiene una duración fija ni se presenta igual en todo el país.
En esta fase, aunque no necesariamente se registra el calor más extremo del año, las condiciones propician incendios, sequía y riesgos sanitarios. Actualmente, la región se encuentra en la tercera de cinco olas de calor pronosticadas, por lo que se anticipan semanas especialmente calurosas.
Las autoridades enfatizaron la importancia de evitar prácticas que puedan generar incendios, como la quema de basura, ramas o residuos.
En el ámbito de la salud, el llamado es claro: mantenerse hidratado, evitar bebidas con azúcar o alcohol, protegerse del sol y cuidar la conservación de alimentos.
Grupos vulnerables como menores, personas adultas mayores y embarazadas deben recibir especial atención, al igual que las mascotas, ante el riesgo de deshidratación y golpes de calor.