FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO.- La palabra campechano aparte de ser un gentilicio para denominar tanto a los habitantes del estado de Campeche en lo general como a los habitantes de la ciudad del mismo nombre en lo particular, tiene en nuestro idioma un par de acepciones más: la primera de ellas se refiere a llevar las cosas con calma, quizá en alusión a la legendaria parsimonia con la que se vive en la ciudad de Campeche, y la segunda que no tiene relación alguna con el lugar geográfico que hemos comentado, ya que su origen es la Ciudad de México, se refiere a mezclar cosas que no tienen nada que ver entre ellas.
En esta ocasión nos centraremos la definición de campechano como tranquilo o apacible, ya que por motivos del tipo de política que estamos viviendo hoy en día, en aquellos muy hermosos lares se está produciendo un verdadero espectáculo que de campechano solo tiene a su protagonista, a su antagonista y el ser el lugar en el cual se emiten los episodios de ese morboso show.
Pues tenemos que desde hace algunas semanas a la fina y distinguida gobernadora de Campeche le encargaron desde Palacio Nacional (dudo mucho que a ella se le hubiera ocurrido tal ideota) montar una campaña de desprestigio en contra de su predecesor en la gubernatura y hoy dirigente nacional de lo que queda del otrora partidazo; ya que la mayor parte de ellos, incluida la gobernadora ya se encuentran en el nuevo PRI, es decir, pertenecen a MRN.
Obviamente, la señora gobernadora para cumplir con la instrucción que su jefe político le giró, tuvo a bien montar un programa que semanalmente, como si fuera una serie de televisión, en el cual difunde de manera dosificada audios y videos en los cuales se exhiben los nada buenos manejos políticos del dirigente priísta; difusión que adereza la titular del ejecutivo campechano con actuaciones histriónicas que ella misma interpreta, mejorando por mucho los programas televisivos de Cristina, Hasta en las Mejores Familias o Laura Bozo, es más, hasta la célebre Paquita la del Barrio se queda corta en sus referencias al género masculino frente a las que lleva a cabo la distinguida gobernadora en relación al priísta.
El “Show de Layda” al parecer tiene buena aceptación en cierto público, también medio cumple con su cometido de desprestigiar a “Alito Moreno” al exhibir su modo de actuar en la política local y nacional y desde luego que complace a López Obrador al llevar a cabo una venganza personal, de las que a él le gustan mucho, en contra de alguien que siente que lo traicionó.
El problema es que el Show de Layda no pasa de ser eso, un espectáculo por medio del cual se exhiben los malos manejos de Moreno, los cuales seguramente son verídicos, a leguas se nota que “Alito” Moreno es un bribón bien hecho y seguramente lo puede confirmar cualquiera que haya sido gobernado o representado por él.
Sin embargo, este tipo de exhibidas lo único que realmente logran es fomentar la impunidad, ya que al exhibir audios y videos privados al público en general sin que la exhibición sea llevada a cabo por los conductos judiciales y bajo las formalidades procesales aplicables al caso, lo que se logra justamente lo contrario a realmente combatir la corrupción.
Y eso se debe a que, al ser esos audios y videos obtenidos y difundidos de manera ilegal, van a ser pruebas viciadas de nulidad en un eventual juicio en contra del señor Moreno; luego entonces, bien podemos decir que el nada campechano Show de Layda en realidad no busca enjuiciar y condenar legalmente a Moreno.
Y si a ello le sumamos que la gobernadora Sansores tampoco es una perita en dulce, ya que su vida, al igual que la de “Alito”, está llena de corruptelas y oportunismos; no hay que olvidar que es una priísta de toda la vida, devenida en pseudo izquierdista al igual que la mayoría de los que están en MRN, empezando por el mismo López Obrador y que su paso por la alcaldía de Álvaro Obregón en la Ciudad de México está lleno de toda clase de historias oscuras que poco a poco van a ir saliendo a la luz, por lo que es muy probable que su show se le regrese como bumerán.
De hecho, el Show de Layda es muy similar al sainete de López Obrador y Pablo Gómez en contra de Peña Nieto, ya que al igual que este, solo busca amagar públicamente con una investigación, pero de judicializarse nada y es que, en ambos casos, acusadores y acusados, tienen mucha cola que les pisen y por ello no se van a tocar.
En conclusión, el “Show de Layda” no es nada campechano pero la que sí va a llevársela, como siempre, muy campechanamente es la justicia, ya que el combate a la corrupción es la mayor pantomima montada por la auto mal llamada 4t.
Twitter: @FelipeFBasilio