Por: Israel Camerino Hernández Martínez.- Había una vez, un pequeño caracol que se sentía enojado porque no podía caminar rápido, él se sentía pesado por tener una casa encima de su espalda.
También creía que si se quitaba su concha podría avanzar más rápido, correr y andar disfrutando de la vida con sus amigos, ya que muchas veces lo invitaban a salir de su casita para jugar o ir a fiestas.
Un día decidió probar suerte; así que procedió a quitarse su concha, fueron varios los pequeños insectos que le ayudaron a salir de su casita. Por fin, se quitó su concha y empezó a andar arrastrándose por el suelo, ya no sentía esa casa tan pesada sobre de su espalda. Él andaba feliz fuera de su casa, andaba feliz sin su concha, sin embargo, no sabía lo que le esperaba ese día, ya que desde los aires volaba un Águila que vio un delicioso caracol fuera de casa, acompañado de sus amigos.
Sin pensarlo, el Águila voló hacia el suelo en dirección al caracol y sus amigos para comérselos; tristemente por querer divertirse fuera de casa, perdieron la oportunidad de vivir más tiempo.
Esto quiere decir, que si tú estás en casa ahí debes quedarte; no es tiempo de salir porque fuera de casa peligramos mucho. Tal vez estando fuera de casa te sentirás libre, contento de poder andar paseando y disfrutando de fiestas, pero lo que no sabes es que hay un virus que puede ser como el Águila esperando que salgas para atacarte. No salgas desprotegido como el pequeño caracol, tampoco influyas a otros a salir desprotegidos o a realizar actividades no esenciales como lo hicieron sus amigos, sé responsable, cuida de ti y de todos.
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