POR: FRANCISCO L. CARRANCO.- El gobierno de México ha anunciado un incremento al salario mínimo, una medida que busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores y reducir la desigualdad económica, sin embargo, destacan las bondades de este aumento, así como también las posibles repercusiones en la economía nacional, la industria y la propia opinión de los patrones.

Las expectativas del aumento al salario mínimo de los trabajadores suponen mejora en la calidad de Vida del trabajador, el incremento permitirá a los trabajadores, en teoría, cubrir mejor sus necesidades básicas, como alimentación, vivienda y salud; esto es especialmente relevante en un contexto donde el costo de vida, en México, ha aumentado exponencialmente, mes con mes.

Con un salario mínimo más alto, los trabajadores tendrán mayor capacidad de compra, lo que puede estimular el consumo interno, este efecto positivo puede contribuir al crecimiento económico al impulsar la demanda de bienes y servicios.

 El aumento, busca cerrar la brecha entre los salarios más bajos y los ingresos medios. Esto puede ayudar a reducir la pobreza y dar mayor apertura la mejora de la equidad social en el país, siempre y cuando los precios de bienes y servicios se mantengan.

Un salario mínimo más alto puede incentivar a los empleadores a captar más mano de obra y reducir la propensión de trabajadores que operan en la informalidad considerada en la actualidad una competencia desigual, pero, también las cargas tributarias, las obligaciones y condiciones laborales, podrían repercutir en la no contratación de nuevos trabajadores, además, de generar mayor exigencia en la productividad de cada empleado.

Ante estas expectativas, algunos economistas advierten que un incremento abrupto en el salario mínimo, como el que acaba de entrar en vigor a partir de este mes de enero, puede llevar a un aumento en los costos operativos para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas, que podría traducirse en despidos o en la reducción de personal, si las empresas no pueden absorber los costos adicionales.

Por ello, se espera que el estado da mayor prioridad a la observancia del impacto del aumento salarial, para que dentro del Presupuesto para el Ejercicio Fiscal 2025 por parte del gobierno implemente políticas complementarias para apoyar a las empresas, como subsidios o incentivos fiscales, que ayuden a mitigar el impacto negativo en los costos laborales y el reciente incremento porcentual en el IEPS a partir de este mes.

Las empresas deberán adaptar sus estructuras de costos y, posiblemente, revisar sus modelos de negocio para poder absorber el aumento salarial, el costo fiscal; Esto puede incluir la inversión en tecnología para mejorar la productividad y no depender tanto de la mano de obra tradicional.

En el caso de los patrones tienen opiniones divididas sobre el aumento del salario mínimo, algunos apoyan la medida, argumentando que es una forma de reconocer el valor del trabajo y mejorar la moral de los empleados, sin embargo, otros expresan preocupaciones sobre el impacto en la sostenibilidad de sus negocios, especialmente en un entorno económico ya desafiante y que, las cargas impositivas y obligaciones con el IMSS, Infonavit, pensiones, el IEPS con aumento en las gasolinas, además de la creciente ola de delitos, como la extorsión, robos, secuestros y otros de alto impacto, genera que la violencia inhiba la permanencia de los negocios y opten por cerrar las fuentes de empleo.

El incremento al salario mínimo en México representa una oportunidad significativa para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y fomentar el consumo interno, pero, también, plantea retos para las empresas y la economía en general, la clave estará en cómo el gobierno, las empresas y los trabajadores colaboren para maximizar los beneficios de esta medida, La implementación de políticas complementarias será esencial para garantizar que el aumento del salario mínimo contribuya al crecimiento económico sostenible y a una mayor equidad social en el país.

Obviamente con la amenaza constante de una espiral inflacionaria, provocada por ejemplo, con los productos que estarán sujetos a pagar el IEPS, como lo son las bebidas azucaradas y los combustibles, cuyo costo será repercutido a los consumidores que, finalmente, reconsiderarán su decisión de compra o buscarán alternativas más económicas, en el comercio informal.

Suburbio 1

Estimados lectores: Feliz año 2025 !!

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