Después de varios días de protestas, padres de familia que mantenían cerradas las instalaciones del Cobaev en Maltrata permitieron su reapertura al aceptar el relevo en la dirección del plantel.
Inicialmente, un grupo de tutores se oponía a la llegada de un nuevo director, pues exigían la permanencia de María de Jesús Moya Córdoba en el cargo.
En una reunión con el coordinador regional de la institución, se explicó que los cambios en la dirección son parte del funcionamiento interno del Cobaev, lo que llevó a los inconformes a aceptar la transición.
Gracias a ello, el personal administrativo pudo reanudar la atención a estudiantes, incluyendo la inscripción de alumnos de sexto semestre, que se había visto interrumpida.
El movimiento de protesta no logró gran apoyo entre la comunidad educativa, ya que algunos maestros habían solicitado el cambio de la directora debido a presuntos malos tratos, mientras que la mayoría de los padres no tomó partido y sólo pedía la reapertura del plantel para completar los trámites escolares pendientes.