POR Francisco L. Carranco.- Por fin, parece que la batalla legal del Estado en contra del Fiscal separado temporalmente, Jorge Winckler, exhibe la posición débil o debilitada del funcionario que ahora cuenta con órdenes de aprehensión contra él y algunos funcionarios de su equipo y que, al parecer, incurrieron en delitos e incumplimiento de deberes legales cuando su función.
Y los delitos imputados no son cualquier delito, el juez determinó que hay materia para la orden de aprehensión por privación de la libertad, en modalidad de secuestro y por el delito de desaparición forzada de personas.
Los involucrados en la acusación son señalados por ex trabajadores de la Fiscalía y se deriva de un proceso de persecución, según dicen, en contra del ex fiscal Luis Ángel Bravo Mena, su escolta Francisco “N” y Gilberto “N” ex director de servicios periciales, quienes fueron torturados psicológicamente para sacarles información para la captura del ex fiscal Luis Ángel Bravo.
En aquella ocasión, en el mes de febrero de 2018, Winckler, enfrentó un juicio político del Congreso, por esa acción, pero no fructificó porque no se alcanzó el voto calificado para determinar la procedencia en contra del Fiscal Winckler, sin embargo, se exhibió la inconformidad del Congreso y propio estado por la permanencia del multicitado, Fiscal, separado temporalmente del cargo.
Es incierto el resultado final de Jorge Winckler, ahora, testarudo Fiscal, que por mutuo propio o por instrucciones de su anterior Jefe el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, esta contra la pared acusado de delitos graves que pudieran alcanzar, en caso de resultar culpables, hasta con 40 años de prisión.
La relación ríspida del Jorge Winckler con el Gobernador y con el gabinete de gobierno actual es por la permanencia del funcionario en su cargo que, por la reforma constitucional, la Fiscalía General del Estado logra su conversión como entidad autónoma que le garantiza estar en el cargo más años que la administración gubernamental.
Quizás, el Gobierno del Estado, esperaba que al llegar la nueva administración Morenista al poder, el Fiscal renunciará al cargo por no pertenecer al equipo del Gobernador Cuitláhuac García, sin embargo, esa renuncia nunca se presentó y hubo varias indirectas para que el Fiscal dejará el puesto por su estrecha relación con el anterior Gobernador Yunes Linares que lo impuso y modificó la Ley para su permanencia y dirían “los agoreros” su relativa “protección luego de dejar el cargo como Gobernador”.
No sabemos, porque eso se da y mezcla en obscuros acuerdos políticos de los que ostentan el poder, sin embargo, luego de dos intentos de juicio político, contra Winckler, del Congreso local para sepáralo del cargo, las evidencias de ser un Fiscal incómodo para el Gobierno, Winckler debió haber planteado, para su propia tranquilidad un pacto de trabajo o una salida digna negociada y dejar el puesto a la actual administración.
No cabe duda que, Winckler, descuidó las formas de la política, aguantó el duro frio que el Gobernador y el gabinete estatal, principalmente, del Secretario de Seguridad Pública y Secretario de Gobierno, que también denunciaron ante la Fiscalía General de la República, omisiones y dilación en el trabajo de Jorge Winckler.
Todas esas acciones contra el fiscal Winckler, eran avisos de que su presencia no era bien vista, ni aceptada en este gobierno y tendría que estar pensando en su separación, insisto, bajo un buen acuerdo que le pudiera beneficiar en su desempeño futuro y buenos términos.
Denuncias, quejas de los grupos de desaparecidos, dilación de órdenes de aprehensión, política de puerta cerrada, poco avance en las investigaciones y procuración de justicia, mala integración de expedientes, investigaciones mal integradas, hasta elevados sueldos para él fiscal y algunos de su equipo selecto, indolencia con las instrucciones del Gobierno, exclusión del Grupo Coordinación Veracruz y otras acciones del aparato de seguridad estatal eran focos rojos que advertían la malquerencia al Fiscal y, finalmente, y, quizás, el arma más endeble de toda la canasta de acusaciones contra el Fiscal separado temporalmente, a pesar de todo, lo que lo llevó a esta situación fue la ausencia de certificación para permanecer en el cargo, un descuido que lo tiene al borde de la prisión.
El Estado en voz del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, al confirmar las ordenes de aprehensión contra Winckler y ex funcionarios cercanos y cómplices de las acciones consignadas en las denuncias, confirman, que la procuración e justicia estaba en manos de un delincuente dijo el ejecutivo.
El gobernador, refirió que los señalamientos de la mala actuación del Jorge Winckler como Fiscal, lo confirma el juez que le libró la orden para su captura y que, por la gravedad de los delitos acreditados al servidor público, no hay hasta este momento la seguridad de un amparo a su favor.
La ley se le vino encima al ex fiscal que, ahora se convierte en prófugo de la Justicia, desde el día de ayer que se giró la orden de aprehensiones su contra, se hizo pública, le rechazaron los amparos y lo declararon delincuente, desde ayer ni él ni sus abogados se han manifestado por lo que la búsqueda para cumplimentar el mandato del juez está en proceso y el hombre en fuga.
De los otros funcionarios de la Fiscalía, de los cuales también hay órdenes de aprehensión son daños colaterales y directos, porque al cumplir las instrucciones del que manda, ponen en entredicho si actuaron conforme a derecho o conforme a la instrucción superior que los tiene buscando amparos o muy cerquita de la prisión.
A Jorge Winckler y sus compañeros en desgracia, sobre los que pesa la orden de captura cierran ese viejo dicho que a la letra dice: “los carniceros de hoy, serán las reses del mañana…”
Suburbio 1
Dijera el filósofo de cd. Juárez, pero que necesidad….[email protected]