POR: Francisco L. Carranco.- Tic tac, el reloj avanza y en este momentos la política local requiere, dicen, que el gobernador electo acerque lo que será su administración al pueblo veracruzano que espera grandes cosas del gobernante, Cuitláhuac García Jiménez, requiere de un equipo de trabajo que conozca, que sepa en qué condición está el estado.
Verá usted, Veracruz es un estado que, por su propia geografía, es una entidad difícil de gobernar, sus propias extensiones territoriales han hecho que surjan grupos poderosos que durante años han logrado mantener e imponer cacicazgos alrededor del beneficio gubernamental, que implica que las autoridades protejan a los empresarios, terratenientes o ladrones, que al cobijo del poder generan empleos, algunos beneficios, pero, también pobreza.
Esos grupos comparten el poder fáctico y compiten, sin reglas claras, contra los poderes surgidos por la delincuencia organizada que también impone reglas y procedimientos para ostentar el poder, sin embargo, la llamada delincuencia organizada superó, por donde usted los vea, a esos poderes añejos creados por la corrupción gubernamental, impensable que fueran a terminar; ahora mismo el poder que ejercen los delincuentes mantienen vulnerables a todos y es ese poder el que ha usurpado el poder a las clases pudientes, ricachonas y prepotentes de cada región.
Es un problema a nivel nacional, claro, y en veces se “justifica”, pero, la presión social de que la autoridad ha perdido por completo el poder del país, representa que los ciudadanos vivamos agobiados por la inseguridad.
Los nuevos gobiernos emanados de MORENA representan una oportunidad, considerada como salvación, que lo logren no sabemos, sin embargo, tendrán la oportunidad de echar afuera del sistema político la corrupción y las complicidades con el crimen organizado (narcos, secuestradores, huchicoleros, lavadores de dinero, empresas fantasmas y otras modalidades que no conocemos, pero que existen) el pueblo quiere paz o, quizás, seguridad.
El crimen está instaurado en lo más profundo del sistema político, en los 87 y tantos años del mismo y dos alternancias de oposición fallida, socaban al estado nación y los mexicanos esperan que ahora sí sea el momento de México.
Los problemas nacionales son muchos y graves, sin embargo, estos en nuestro estado no son minúsculos, y tenemos, proporcionalmente, los mismos problemas que se debaten a nivel nacional.
Pero lo que más preocupa a los veracruzanos son las muertes, homicidios, levantados, desaparecidos, secuestrados, asesinados, que todos los días aparecen en la entidad, hay variantes y nos queda claro que son crímenes producto de guerras intestinas por ajuste de cuentas, dominio de territorialidad o deudas pendientes, entre grupos criminales.
El Gobierno de Yunes Linares, fustigó a la delincuencia y se puede decir que, con resultados modestos a nivel nacional, que la delincuencia en Veracruz ha disminuido, pero, la experiencia que presumió el ejecutivo estatal, durante su campaña en ascenso a la gubernatura, no ha sido suficiente y aunque si hay logros, se debe decir, que también la violencia e inseguridad está latente y en cualquier momento se puede detonar nuevamente contra la tranquilidad de los ciudadanos.
Que hay esfuerzos, por supuesto que hay esfuerzos y hay resultados, Yunes Linares, conocedor de cómo se debe tratar a la delincuencia intento imponer sus conocimiento y su “poder” mismo que no ha sido suficiente y ha generado una sensación de que las cosas no van bien aunque, relativamente, hay acciones que reportan que ya que se ha sometido a la delincuencia.
Veracruz, una entidad sensible a todo tipo de crimen, le reclama a Cuitláhuac García Jiménez, que nos devuelva la tranquilidad y la paz social, que se erradique el crimen, que se detenga a los delincuentes, que devuelva la seguridad y el estado de derecho a estado. Veracruz tiene 14 años sufriendo el daño provocado por el crimen, los veracruzanos siguen con el miedo.
Las estadísticas, sobre inseguridad y delincuencia tienen u modesto avance positivo, pero esas variables no cesan, el tiempo de recomponer al estado no fue posible porque ningún esfuerzo realizado por la Secretaria de Seguridad Pública, las fuerzas armadas y los cuerpos policiales que operan en el estado de Veracruz no han sido contundentes; los delitos siguen pero no hay delincuentes detenidos.
Por lo tanto, el paquete para el nuevo gobernador electo que prestará juramento el 1 de diciembre, que un día antes habrá nombrado a su Secretario de Seguridad y, será a partir de esa fecha, el nuevo comandante del Grupo Coordinación Veracruz, tendrá la responsabilidad directa de ofrecer su plan estratégico contra el crimen, quienes serán sus funcionarios y cuales las estrategias a corto plazo.
Los veracruzanos esperan que el gobernador electo haga su parte, actué en consecuencia y garantice que Veracruz volverá a ser un gran estado como ya lo ha dicho en algunos foros, la corrupción y las complicidades se deben desaparecer del Gobierno.
La campaña se acabó, los meses de planeación se habrán acabado también y el nuevo gobierno empieza a tejer las nuevas historias de Veracruz y sus ciudadanos.