POR: Francisco L. Carranco.- A escasos días de la comparecencia del Secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, en el cual se conoció un resumen sobre la pandemia de COVID-19 y su incidencia al alza, en el estado de Veracruz, cuyas cifras son desalentadoras, porque los contagios y fallecimientos a causa de la enfermedad no cesan ni disminuyen, lo que mantiene un estado de alerta a la entidad.
Sorpresivamente, el viernes 04 de diciembre, la Secretaría de Salud Federal anunció que Veracruz avanza al Semáforo de Riesgo Epidémico color Verde debido a que los indicadores señalan, por primera vez, que hay un relativo control con los casos de contagio y casos que resultan negativos en las “miles de pruebas “que se realizan según el sector salud de Veracruz.
No omitimos comentar que, este anuncio estremeció a la sociedad veracruzana, debido a que no se podía creer que en medio de las noticias trágicas y bastante dramáticas, nacionales e internacionales sobre el avance y repunte de la pandemia en Europa y otras regiones del mundo, pudiera aceptar la esperada noticia de que por fin el Semáforo Verde.
Paralelamente en el contexto internacional, la OMS y la HRW, Organización de Derechos Humanos para las américas, se habían manifestado sobre la ligereza con que las autoridades mexicanas han procedido sobre la pandemia de COVID- 19, calificando como poco serias las actuaciones y estrategias informativas sobre el impacto del virus en el país.
El punto es catalogado de gravedad, ya que señalan que el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, se empeña en mantener un desinterés por brindar información veraz sobre la pandemia de COVID-19, lo que ha trascendido en un peligro porque de alguna manera influye en los mexicanos que se suman a no hacer caso a las recomendaciones de los trabajadores de la salud que enfrentan cotidianamente el azote de coronavirus.
La presión mundial y las representaciones de estos organismos internacionales han obligado al primer mandatario a reconocer que la crisis por el virus está fuera de control en el país y, por primera vez, López Obrador, reconoce que la cosa está crítica y en una de sus mañaneras dicta la instrucción a los habitantes de este, México nuestro, protegerse a sí mismos, pero, sin medidas coercitivas.
El mensaje denuncia que el Presidente sabe y reconoce la magnitud del impacto negativo de la pandemia por coronavirus, pero, logra nuevamente escabullirse del compromiso real del Gobierno de México, para que los mexicanos sean corresponsables de cualquier tipo de contagio o fallecimiento por coronavirus.
En ese sentido, sin llamar a al uso del cubrebocas, convocó a salir de la casa, sólo si es verdaderamente importante y guardando la sana distancia; comunicarse con familiares y amigos por teléfono; estar sólo con las personas que habitan la misma casa; no hacer fiestas ni reuniones, entre otras medidas.
Aún, con esos, discursos que invitan al regreso de las medidas preventivas a mayor escala, aparentemente, para prevenir rebrotes, la realidad es que no hay posibilidades de que eso suceda ya que la enfermedad sigue su curso infectando a personas y provocando fallecimientos de quienes adquieren COVID-19, sin que haya posibilidades de que disminuir los índices de infección. El rebrote no es tal, sino la intensificación del contagio, cosa que se puede observar en los registros diarios del sector salud federal si ayer, por ejemplo, en alguna alcaldía de CDMEX, sí se registraron 200 casos de infección y 500 muertos y hoy son 250 casos de infección y 600 muertos, no es rebrote, insisto, sino aumento de contagios y fallecidos.
El caso Veracruz es patético y, bastante cuestionable, la declaratoria de que a partir de este lunes 07 de diciembre haya semáforo epidemiológico en Verde, según el sector salud federal que, con datos oficiales y desde el altiplano se determina que la población puede continuar con el desconfinamiento e intensificar la movilidad como si no pasara nada, cuando las cosas están bastante delicadas en cuanto a contagios y defunciones.
La, según el semáforo regional emitido por el sector salud local, dice que en las últimas semanas la entidad veracruzana ha registrado un incremento considerable en sus casos activos, confirmados y decesos. (VER TABLA).
ACTIVOS CONFIRMADOS DECESOS
4 DICIEMBRE 473 40,184 5,843
3 DICIEMBRE 418 40,003 5,807
2 DICIEMBRE 448 39,942 5,717
1 DICIEMBRE 456 39,877 5,665
23 NOVIEMBRE 424 39,079 5,367
16 NOVIEMBRE 297 38,429 5,199
Ante esta problemática y con el fin de no contradecir, como siempre, al sector Salud Federal, estas estadísticas ilustran que en uno de los peores momentos de la pandemia que Veracruz atraviesa, el SEMAFORO VERDE, está desfasado y pudiera ser más peligroso si la gente le hace caso, porque estamos ante datos que en lugar de ayuda asertiva en la toma de decisiones puede mandar a otro punto critico de la enfermedad por desinformación, con funestas consecuencias
El Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, también, preocupado de que la información vertida por el Sector Salud Federal pudiera confundir a los veracruzanos, exhortó a la población a no confiarse y a mantener las medidas y protocolos de prevención a su alcance para evitar los contagios que pudieran lamentarse después.
Los datos duros están ahí, el semáforo regional reporta 36 municipios en naranja, 94 en amarillo y 82 en verde; de ellos ninguna ciudad como Xalapa, Veracruz, Boca del Río, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Tuxpan, Martínez de la Torre, Acayucan y otros considerados centros urbanos están en Verde. ¡Aguas!
Suburbio 1
Por lo tanto sólo nos queda reiterarle e invitarlo, amigo lector, a cuidarse y no dejarse ir con la desinformación, porque la realidad, en nuestro país, los contagios son reales y bastante difíciles de controlar, así que haga lo suyo y como dijo el Presi, hay que auto cuidarse.