Carlos Alberto Duayhe.- Fuera de los modos y formas de ser del presidente Andrés Manuel López Obrador, que, sabemos, disgustan a muchos, hay que estar muy atentos y ver con lupa los resultados que se vayan dando de su último encuentro con sus pares Joe Biden, de Estados Unidos y Justin Trudeau, de Canadá, la semana anterior.
Los temas centrales fueron migración, competitivad y lucha contra el Covid. Los tres suscribieron una declaración denominada “Reconstruyendo Mejor Juntos: Una América del Norte segura y próspera”.
Incluye este acuerdo prepararse ante el vendaval económico de China y extenderse hacia una región próspera y segura y entre los puntos de la diplomacia inobjetable –como puede ser la seguridad, medio ambiente, cambio climático- puntualizaron en que “la democracia produzca un mejor futuro para todas las personas”.
Es obvio que el gobierno de Estados Unidos y las academias saben la importancia y complejidad de la relación con México, su principal socio comercial y plataforma de muchos aspectos que competen a su propio desarrollo.
De paso, la seguridad en todos los ámbitos que tanto les preocupa.
Incluye, por supuesto, lo que pasará con la iniciativa de reforma eléctrica mexicana que se votará en abril entrante y todo lo que ocurra con la democracia.
En la reunión bilateral con Joe Biden, el mandatario mexicano le solicito la regularización de indocumentados mexicanos en los Estados Unidos, más de 11 millones de personas, todo el tiempo con miedo a deportaciones. Ya hubo una primera respuesta al permitir permisos laborales temporales a quien están allá, sin ciudadanía.
En cuanto a Canadá: a López Obrador y Justin Trudeau los separa no sólo la brecha generacional; son más los puntos álgidos en materia de mineras y eléctricas canadienses que fueron ampliamente ventajosas y solapadas en su relación con México, por lo que fue evidente la distancia: a pesar de ello, firmaron el famoso documento, los intereses trilaterales llevan -huelga decirlo- mano y así que ni modo, como dice el dicho, juntos pero no revueltos, a trabajar.
Los medios nacionales dieron oportuna difusión a la gira de López Obrador, casi todos de principal, lo que demuestra la relevancia de mantener una sana liga entre política y comunicación.
Eso sí, hay que decirlo también y espero no equivocarme, la cobertura de los medios estadounidenses y canadienses a esta reunión cumbre fue, por decir lo menos, imperceptible. En pocas palabras, América del Norte les valió. Hubo mayor respuesta en los europeos.
Atraques:
- Eso de la seguridad interior con repercusiones en el exterior es ya de urgencia. Fallas en el pasado, intensas, pero ahora es lo que es y ya se pasan de la raya la organizada y la común.
- Viene nueva ola de Covid, tema incluso tratado por los presidentes de América del Norte. Y parece que eso del Covid fue ayer cuando es hoy. Vacunas y medidas de prevención, urgen.
- La carrera por la sucesión presidencial va que vuela. Juan ramón de la Fuente y hasta el incómodo Lorenzo Córdova Vianello, en el ni tan lejos horizonte.