· El virus SARSCOV-2 puede generar inflamación y disfunción del músculo cardiaco o padecimientos trombóticos.
La prevención y el apego a tratamientos médicos son fundamentales para pacientes con afecciones cardiacas en esta emergencia sanitaria, pues son más propensos a presentar complicaciones en caso de contagiarse de COVID-19, explicó el doctor José Antonio Magaña Serrano, titular de la División de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
“Todo aquel paciente con enfermedad cardiovascular debe mantener un contacto estrecho con el personal de salud que lo atiende a fin de cerciorarse de que las metas de control estén cubiertas”, puntualizó.
El especialista del IMSS detalló que aunque la gran mayoría de los pacientes que padezcan COVID-19 podrán cursar la enfermedad asintomáticos o con síntomas leves, existe la posibilidad de que un 20 por ciento de ellos pueda agravarse y dentro de las complicaciones habría afectación cardiovascular.
“La afectación cardiovascular directa por COVID se da como una forma de inflamación y disfunción del músculo cardiaco, un complicación que se llama miocarditis, que es poco frecuente pero grave, y la otra son fenómenos trombóticos, formación de coágulos a cualquier nivel, en las piernas, la cabeza, el corazón y se debe fundamentalmente a que el COVID-19 inflama los vasos sanguíneos”, precisó.
El médico José Antonio Magaña destacó que esta afectación se da principalmente en personas que ya tenían disfunción de esta capa, como personas con obesidad, diabetes, hipertensión o con padecimientos cardiovasculares como cardiopatía isquémica o dislipidemia (grasa en sangre).
“En una población vulnerable como es la de México, de pacientes con estas enfermedades crónicas, si tienen COVID, tienen más riesgo de complicarse y eso es lo que tenemos que definir muy bien”, enfatizó.
Aclaró que padecer una enfermedad metabólica o cardiovascular previa no aumenta el riesgo de contagio, pero en caso de infectarse, sí tienen más posibilidad de complicarse a nivel cardíaco y generar insuficiencia cardiaca, trombosis o isquemia aguda.
Recordó que en nuestro país las enfermedades más frecuentes del corazón son la cardiopatía isquémica (cuando el corazón no recibe suficiente sangre oxigenada para poderse nutrir, debido a la obstrucción de sus arterias coronarias), y la hipertensión arterial, (cuando la presión de la sangre está constantemente elevada y condiciona afectación del sistema cardiovascular).
El cardiólogo del Seguro Social destacó que estos padecimientos son la primera causa de mortalidad en México desde hace más de una década. Cada año fallecen más de 140 mil personas por causa directa o indirecta de una afectación cardiovascular.
“El problema está en la detección tardía y en el mal manejo de los factores de riesgo, porque nuestra población, además de la carga genética, tiene también malos hábitos, como es la obesidad, falta de actividad física, mala nutrición y en caso de que ya tengan una enfermedad cardiovascular, en este caso la cardiopatía isquémica o la hipertensión, el mal manejo”, indicó.
Informó que aproximadamente el 10 por ciento de las consultas que otorga el Seguro Social en especialidades, son para atender problemas cardiovasculares y en las Unidades de Medicina Familiar, este porcentaje alcanza el 40 por ciento, esto es, cuatro de cada 10 personas adultas que acuden a consulta, lo hacen por padecimientos cardiovasculares y metabólicos como la diabetes.
“Nuestros servicios y atención médica nunca se cerraron a la derechohabiencia, es decir, siempre el IMSS se preocupó porque los pacientes tuvieran las puertas abiertas para seguirse atendiendo. Pugnamos porque aquellos pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, particularmente desde lo que es nuestro ámbito de competencia, no dejen de atenderse”, subrayó.