Carlos Alberto Duayhe Villaseñor.- Ese hasta pronto fueron las últimas palabras del discurso expuesto por el  General Salvador Cienfuegos Zepeda,  exsecretario de la Defensa Nacional, en la ceremonia de reconocimiento  que le hicieron al Alto Mando del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, en el Heroico Colegio Militar, el 30 de noviembre de 2018.

Y ahora los mexicanos nos reencontramos con el militar luego de la infausta noticia de su detención en el aeropuerto de Los Ángeles, California, en donde, lejos de disfrutar un merecido descanso familiar, ahora reposa con insomnio en una cálida celda, mientras lo trasladan, como se dijo hoy, a una Corte Federal de Nueva York, allá sí con harto frío luego de denegarle una fianza de 750 mil dólares.

En aquel emotivo discurso Cienfuegos Zepeda hizo un reconocimiento al comandante único por encima del inmenso poder que manejan los titulares de la Defensa, el otrora Enrique Peña Nieto, que comparte con seguridad uno que otro insomnio, por emprender, dijo, la transformación de esa Secretaría.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha respondido con toda claridad que el ejército mexicano en su conjunto es más que lo que pueda hacer un presunto responsable de un delito.

Ha solicitado encapsular la detención, focalizarla, y esperar los resultados del proceso judicial estadounidense.

Asume ser la única fuente de información y evidentemente mira si hay más implicados internos, incluso requerirá información oficial del gobierno de Trump  en torno al caso y la actuación añeja de la DEA en México que se pasea como en casa.

No obstante ello, representa ciertamente también una gran oportunidad de transparentar y definir la relación del ejecutivo federal con una dependencia que por años ha sido autónoma y utilizada cada vez más en campos ajenos a sus fines fundamentales, que son la salvaguarda de la soberanía en aire, mar y tierra y atender a la sociedad en casos de desastres naturales, dignos de encomio.

Ningún político civil que se precie de serlo subestima la relevancia de las fuerzas armadas y asisten a todas sus conmemoraciones históricas y los avances importantes que han tenido en la educación, las ciencias, las tecnologías, incluida la incorporación de la equidad de género en ese ámbito.

Urge pues atender las relaciones formales incluidas en el estado de derecho, y las de política informal, de la que ciudadanía poco sabe en cuanto a manejo de recursos humanos, financieros, materiales y de inteligencia.

Incluye esta revisión, por supuesto, a la Marina y ahora a la Guardia Nacional.

Por la parte del exterior la noticia coloca a México, de nueva cuenta, en foco de atención.

Es muy sabido que la mayor parte de las drogas que se consumen en Estados Unidos provienen del territorio nacional, dada está vecindad de más de tres mil kilómetros de frontera y sus puntos fronterizos; por mar, en embarcaciones y vía aérea.

Se sabe que llega allá,  aunque muy poco de cómo llega, quién autoriza, quién revisa y quién aplica las leyes, pues hay un estimado de 50 millones de adictos estadounidenses y un tremendo tráfico de recursos y armas (dos mil diarias cruzan hacia el país) que tanto afectan la seguridad de los mexicanos.

A Donald Trump la detención de Cienfuegos y otros huéspedes de la justicia como son Genaro García Luna, César Duarte y otros conspicuos políticos mexicanos (entre ellos dos exgobernadores tamaulipecos Tomás Yarrington y Eugenio Hernández) parece que le vienen bien a su campaña de reelección, pues despierta en los sectores conservadores el antimexicanismo que tanto le funciona. A Joe Biden, también.

Ya veremos pronto los resultados de todo esto. El asunto despierta muchas interrogantes y enormes retos para el gobierno federal.

En aquella ceremonia, Salvador Cienfuegos expuso:

Nuevamente gracias a todos, todas, todas y todos, civiles y militares, gracias a los más de 200 mil soldados desplegados día y noche a lo largo y ancho del país todo el tiempo, hoy con satisfacción y orgullo puedo decirles como cita el proverbio que aunque deje la tropa seguiré siendo soldado, seguiré siendo su compañero, hasta pronto.

Atraques

  1. La pandemia sigue, nadie puede confiarse. Queda seguir las observaciones de los responsables de la Secretaría de Salud y el cubrebocas parte permanente de la imagen, sobre todo en las grandes concentraciones urbanas. De las vacunas, hasta no verlas.
  2. Las elecciones de Coahuila e Hidalgo –esperemos que hayan sido legales- prende los focos rojos de todos los partidos, de trabajar muy seriamente en pro de la democracia. Ya hay diez opciones, desde las añejas y hasta desvencijadas y unas nuevas de mirar con lupa. Y Morena más.
  3. El arribo de militares al frente de las Aduanas también es una gran opción para dar una limpia en esos estratégicos lugares de movimiento de mercancías, sobre todo ahora que se requiere impulsar con todo la economía.