POR: Francisco L. Carranco.- Que difícil se está poniendo el final del sexenio para Enrique Peña Nieto que, a escasos 40 días de acabar su periodo como Presidente de este país, los problemas lo acorralan en la peor fase para un gobernante que es tener que tomar una decisión determinante, ante los ojos del mundo, que esperan un solución aceptable para resolver el caso de los Migrantes en esta gran marcha, hacia los Estados Unidos.
La tarde del sábado el Presidente Peña Nieto, se dirigió al pueblo mexicano y al mundo para advertir que la soberanía de nuestro país está en riesgo con esta avalancha de ciudadanos centroamericanos que pretenden pasar sobre las normas migratorias para, según ellos, continuar su viaje hacia los estados unido.
Peña Nieto, dijo, en un mensaje en cadena nacional y a través de redes sociales que el Instituto Nacional de Migración se preparó para en su momento recibir a los desplazados de diferentes países de Centroamérica, para darles ingreso con una visa que les permita adentrarse a nuestro país ó como solicitantes de refugio.
Sim embargo, al ser una caravana de ciudadanos de diversos países considerados “desplazados”, que, por diferentes motivos, huyen de sus países de origen para alcanzar, según ellos, la frontera norte de México para ingresar a los estados unidos como asilados políticos, tensan la situación porque como turba desconocen las normas y los protocolos de visado.
Pocos de ellos o ninguno tienen los papeles que solicitan las autoridades de Migración, y aunque se pretendió detener el ingreso con policías federales, sin armas, no se pudo, ya que la propia desesperación de los migrantes hizo que se arremetiera contra las rejas y alambradas protectoras de la frontera con México, lo que fue insuficiente violando las vallas fronterizas.
Pero, a pesar de la gran presión los efectivos federales lograron detener y mantener el acceso en orden y gran parte, si no es que todos, estarán entrando a Chiapas, donde se han instalado áreas de refugio para todos ellos.
El presidente Peña, tuvo que ser enfático y lanzar una advertencia a los migrantes, ya que la forma que utilizaron para derribar las barreras e ingresar a México, puede ser considerada como una violación flagrante a la soberanía y ser tipificada como invasión al territorio mexicano, considerándose amenazas violentas contra México y los mexicanos, principalmente a los paisanos de Chiapas.
La advertencia es clara, México aceptará el ingreso de los centroamericanos como candidatos a “refugiados” y se atenderán dentro de las posibilidades que el país tenga para detener en Chiapas a los migrantes.
Afortunadamente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha dispuesto ayuda para atender este problema de movilización de migrantes que seguramente será con ayuda alimentaria, quizás ropa y otros implementos para impedir que la gente avance.
Al margen hay que decir que los migrantes ya en nuestro suelo patrio, obviamente, están protegidos por los derechos Humanos, y por los protocolos de seguridad, así como las normas legales que los extranjeros adquieren en su estancia a este país.
Pero, también, están las normas, políticas y obligaciones que los migrantes, en territorio mexicano, deben de guardar, respetar y obedecer, bajo las leyes constitucionales, cosa fundamental para aceptar a los ciudadanos extranjeros en nuestro país.
Latente, pues, queda la advertencia del Presidente Peña al referirse a la caravana de migrantes que México no permitirá el ingreso irregular y violento al territorio nacional, la última opción no será política sino el uso de la fuerza para evitar que la muchedumbre siga con intención de llegar a USA.
Y mientras esto sucede permanecerá el dialogo con los representantes de la caravana, ya que de no ser así la fuerza militar podría someter a los migrantes al orden, a detenerlos y repatriarlos de inmediato como establecen las leyes contra los migrantes ilegales.
Por otro lado, por la frontera norte, Peña Nieto, tendrá que lidiar con la presión del Presidente Trump que ha decidido, nuevamente, postergar los trámites del tratado comercial de Estados Unidos, Canadá y México, y solicitar a nuestro país, en un gesto de buena voluntad, que detenga la caravana hacia el país del norte y, mientras son peras o manzanas, Trump, ante el avance de los migrantes prepara la militarización de la frontera desde Tijuana, ciudad Juárez, Laredo dependiendo el rumbo que decidan tomar los caminantes, para impedir el ingreso de cualquier extranjero hacia Estados Unidos, transitando por México.
Está contención trastoca la tranquilidad de México y los mexicanos porque los migrantes no viajarán de regreso a su lugar de origen, por el contrario, se “avecindarán” en cualquier parte de los estados norteños que tendrán que lidiar con su permanencia con todo lo que esto significa, si es que Chiapas no logra impedir que estos avancen en pos del sueño americano… Los americanos no negociarán el ingreso a USA y lamentaremos la funesta marcha de los desplazados en su incierto destino, pero en nuestro territorio.
Peña Nieto, seguirá en el intento de repatriar a centroamericanos que hasta ayer alcanzaba la cifra de 2,500, con 650 ya ingresados al estado de Chiapas; que, con suerte ahí pudiera desintegrarse la intención de llegar a los Estados Unidos o seguir adelante.
Suburbio 1
Que ni los empleados municipales quisieron estar con el alcalde… al rato ya no le harán caso.