A B-2 Spirit soars after a refueling mission over the Pacific Ocean on Tuesday, May 30, 2006. The B-2, from the 509th Bomb Wing at Whiteman Air Force Base, Mo., is part of a continuous bomber presence in the Asia-Pacific region. (U.S. Air Force photo/Staff Sgt. Bennie J. Davis III)

«Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra tres instalaciones nucleares en Irán, entre ellas Fordo, Natanz y Isfahán. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní», escribió en la red social Truth Social.

Trump añadió que se lanzó «una carga completa de bombas» sobre Fordo y que todos los aviones estaban de regreso a Estados Unidos.

Según expresó un funcionario israelí en medios locales, los ataques estadounidenses en suelo iraní se dieron en «plena coordinación» con Israel.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reaccionó al ataque felicitando a Donald Trump y agregó: «El presidente Trump y yo solemos decir: ‘La paz a través de la fuerza’. Primero viene la fuerza, luego la paz».

La agencia informó que bombarderos B-2 estuvieron involucrados en los ataques estadounidenses, según un funcionario de la Casa Blanca.

Altos funcionarios del Departamento de Defensa también confirmaron que en el ataque se utilizó el penetrador de municiones masivo (MOP) GBU-57A/B, la mayor bomba no nuclear «rompebúnkeres» del mundo, propiedad exclusiva de Estados Unidos.

Esta arma guiada con precisión, de 13.600 kg de peso, puede penetrar el complejo subterráneo de Fordo, enterrado en las profundidades de una montaña.

Desde el inicio de los ataques entre Irán e Israel el pasado 13 de junio, estaba sobre la mesa la pregunta de si Estados Unidos intervendría o se quedaría al margen.

El ataque de este sábado llega apenas dos días después de que el presidente estadounidense dijera que tomaría esa decisión «en un plazo de dos semanas».

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