POR Francisco L. Carranco.- El gran Banquete que viene luego del conflicto entre México y Bolivia no deja de ser un exquisito platillo, que a muchos importa, para el desequilibrio de la región latinoamericana donde existen grandes intereses en que la confusión y rompimiento de las alianzas favorezca al poderoso vecino del norte y alguno que otro países de Europa “ajenos” al problema como, por ejemplo, España que ya se apuntó en el brete entre estos dos países.
El asunto se remonta con la caída de Evo Morales, donde el ejército, el gobierno, opositores políticos y miles de bolivianos ya no respaldaron el cuarto intento de mandato del, hasta ese entonces, Presidente de Bolivia y que con la presión militar le fue sugerida la separación del cargo, que el mismo con el afán de salvar la vida, según dijo, aceptó dejar los bártulos y decidió aceptar la invitación de asilo de México para que él y su familia y, quizás, algunos colaboradores vinieran a este país en calidad de asilado político.
Obviamente estas suituaciones alrededor de una solicitud de asilo, conlleva muchas responsabilidades según acuerdos internacionales que deben cumplir, aceptar y respetar, tanto el asilado como el país que lo otorga, sin embargo, y quizás los expertos puedan explicar que el caso de Evo en México, fue un caso diferente porque según la información que se publicó en medios y redes sociales, Evo Morales, fue invitado por el Presidente AMLO a refugiarse en México, sin tramites de solicitud para que el expresidente de Bolivia llegara como asilado político.
Por supuesto que el nuevo régimen instaurado por la actual encargada de la Presidencia de Bolivia, Jeanine Áñez, determinó tras la pacificación del país, convocar a nuevas elecciones sin Evo Morales ni por quienes hubieran ostentado u cargo de elección por dos periodos consecutivos, la crisis política de Bolivia con estas decisiones para el control de la política interior fueron aceptadas y se levantaron bloqueos y el orden regresó a la cotidianeidad del país boliviano.
Ello no quiso decir que, con la Salida de Evo habría final feliz; no, las acusaciones y protestas que obligaron a Evo Morales dejar su país, fue una serie de imputaciones que el pueblo y gobierno de Bolivia lanzaron contra el ex presidente y su aparato político gubernamental, en donde se sabe, han lanzado ordenes de aprehensión contra muchos funcionarios de régimen de Evo Morales, incluido el mismo.
Abierto ese frente, Evo es recibido en México como Héroe Nacional, tratado como héroe nacional y en una plena rebelión contra la normatividad internacional en caso de Asilo Político, llegó a nuestro país con todos los privilegios esos que se les dan a los visitantes distinguidos y de inmediato Evo se convierte en un turista de “First Class”, invadiendo las escenas mediáticas con conferencias, charlas, asesorías y lo más grave seguir inmerso en la política interna de Bolivia, con el aparente respaldo de México.
Los bolivianos, pueblo y gobierno, no quedaron muy conformes con la actuación diplomática del Gobierno Mexicano para recibir a un delincuente político sobre el que pesan: corrupción, narcotráfico, enriquecimiento ilícito de él y sus colaboradores, violaciones a los derechos humanos, saqueo de los recursos públicos y una serie interminable de acusaciones que dieron origen a muchas denuncias.
Obviamente, el asilo de Evo no terminó ahí, en el avión de la Fuerza Aérea Mexicana, viajaron sus más cercanos colaboradores, su familia y otros acompañantes que salieron mucho antes que se dictaran las órdenes de aprehensión, sin embargo, en el territorio nacional en Bolivia, es decir en la Embajada de México en aquel país, las puertas se abrieron para muchos, quizás, cientos del régimen boliviano afín a Evo Morales, lo que generó otro conflicto de carácter político-diplomático por dar refugio e inhibir las posibles detenciones de quienes están en refugio dentro dela embajada de México en Bolivia, pero que están denunciados.
Evo Morales, salió de México con bajo perfil, a ciencia cierta no se supo si, efectivamente, hubo presión de los Estados Unidos para que el ex presidente de Bolivia se fuera, bajo el pretexto de ir a una consulta médica a Cuba, los escépticos ven la salida por fines médicos acusan que Evo fue a fortalecer alguna relación con el régimen comunista con los cubanos, sea lo que sea, Evo está ahora gozando de asilo en Argentina con diferentes condiciones para no echar más leña al fuego.
Mientras la policía y defensa militar de Bolivia tiene “sitiado, si se permite el término, el territorio en donde está la embajada mexicana con los refugiados dentro, obviamente, esta estratégica de las fuerzas militares y policía de Bolivia es para no permitir que los bolivianos en territorio mexicano puedan salir y huir de la justicia boliviana.
Esa actitud enardeció al Gobierno de México que de inmediato calificó la acción como agresión, acoso e intimidación al borde de una invasión militar contra la embajada de México, no se sabe si fue acusado por los diplomáticos de la embajada o fue una mala interpretación de esa acción a la distancia de los funcionarios de relaciones exteriores y diplomáticos mexicanos que vieron “moros con tranchete” de las acciones de autoridades bolivianas contra México.
En realidad existen tres pedimentos de protección solicitados por la diplomacia de México para que se proteja a los mexicanos de posibles ataques por parte de los enemigos de Evoque pueden poner en peligro la vida de los mexicanos en la embajada, obviamente, ese apoyo solicitado también corresponde para vigilar que los refugiados no abandonen ni la embajada ni el país.
Al respecto y sin tener la seguridad que la solicitud de México se procesó y se aumentó la protección fuera de la embajada de México el canciller, Marcelo Ebrard, señala que el exceso de vigilancia es intimidatorio y atenta contra la integridad de los funcionarios y amaga con llevar el caso al a la corte internacional para dirimir el hsotigamiento, según él, del gobierno Boliviano contra la Embajada de México.
Lo primero que Ebrard debió hacer es convocar al dialogo antes de la bravatas contra el Gobierno de Bolivia, que presto le contestaron que ahí se verían las caras en la Corte Internacional, donde según el Gobierno Boliviano, llevaría el Gobierno de México las de perder, sin embargo, se pactó un dialogo diplomático para llegar a un arreglo por la vía diplomática y en concordia limar las asperezas.
Pero no pasaría tanto tiempo para que desde la mañanera del ejecutivo federal dijera: “Eso no lo hizo ni Pinochet, yo espero que prevalezca la sensatez, que prevalezca por encima de todo, la política”.
Ni tardo ni perezoso el expresidente de Bolivia, Jorge Quiroga, calificó de «cobarde», «matoncito» y de «sinvergüenza» al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dijo que ha confundido el respeto con cobardía. López Obrador decidió ser el padrino de los tiranos latinoamericanos al haberles ofrecido asilo político, entre ellos a Evo Morales.
Las ofensas al Presidente y a nuestro país se hubieran evitado si el Canciller Ebrard, hubiera dejado a un lado las acusaciones de hostigamiento, amenazando con llevar el problema diplomático a las cortes internacionales, si, todo se hubiera arreglado con un dialogo diplomático, entre dos países hermanos, ahora, el pueblo mexicano esta ofendido con Bolivia por los insultos al presidente AMLO, a los mexicanos y a nuestra patria. Pero ¿qué necesidad?