Si no pasa algo raro la Fórmula 1 será una pelea entre dos. Sólo se han corrido dos de los 23 Grandes Premios de la temporada 2023 de la F1, pero ya se puede afirmar que el piloto mexicano Sergio Pérez es candidato a ser campeón, de hecho, parece el único que podría desafiar a Max Verstappen.

Lo que hace tiempo era algo sólo en la mente de Checo Pérez o que podría ser el pensamiento acalorado de la mente de un fanático del tapatío, ahora, luego del categórico triunfo en el circuito de Jeddah en Arabia Saudita, es un análisis objetivo y fundamentado: El piloto número 11 de Red Bull puede ser campeón de la F1.

Pero, ¿cuáles son los argumentos que sustentan esto?

El auto ganador
Primero, el RB19, monoplaza diseñado por Adrian Newey es, por el momento y por mucho, el mejor auto de la parrilla en la F1 y no parece que nadie se le vaya a acercar a corto plazo. Ese RB19 sólo es conducido por Checo Pérez y Max Verstappen, es decir, sólo un Red Bull puede vencer a otro Red Bull, el veneno es su propio antídoto, no hay más.

Lo extraordinario del trabajo de Red Bull hasta el momento es que el RB19 ha logrado ser de entrada un coche que se adapta tanto al estilo de manejo de Checo Pérez como de Max Verstappen.

Tal vez, para el gusto del neerlandés el RB19 está demasiado al gusto de Checo, pero resulta un logro que mientras Verstappen es un piloto que gusta de los autos que se van mucho de atrás, un eje trasero suelto, pueda ser rápido en el mismo coche, y viceversa, lo que hace Pérez quien en este caso es un piloto con un manejo más equilibrado.

En 2022, el RB18 empezó la temporada como un coche acoplado a Checo Pérez, pero conforme avanzó el calendario el desarrollo dirigido desde Milton Keynes fue hacia el estilo de Max Verstappen, a tal grado que se volvió inmanejable para el de Guadalajara.

Red Bull trata de hacer sentir cómodo al bicampeón y eso ha dificultado el camino de todos sus coequiperos, desde Daniel Ricciardo, Pierre Gasly y Alex Albon.

Rodar al ritmo de Verstappen es su garantía


Si conforme avance la temporada Checo Pérez encuentra la solvencia para mantenerse cerca, muy cerca de Max Verstappen, incluso mejor en cada sesión desde el viernes, el alto mando de Red Bull encabezado por Christian Horner y Helmut Marko no tendrán argumentos para ejercitar un favoritismo por el hijo del malhumorado Jos.

Emparejar en tiempos por vuelta a Verstappen es la tarea más complicada de la Fórmula 1. El neerlandés es, por naturaleza, la ‘cosa’ más rápida que pisa las pistas de la F1 actualmente, pero Checo Pérez ha podido ser mejor que él en 3 de 10 sesiones oficiales, si se cuentan FP1, FP2, FP3 y calificación y carrera, de cada Gran Premio.

El paso en Bahrain, el triunfo en Arabia Saudita, pero sobre todo las 30 vueltas en que infructuosamente Max intentó recortar los alrededor de 5 segundos que lo separaban de Checo, son un ungüento de confianza que tópicamente ha ungido al mexicano con el conocimiento de que está justo en el lugar que siempre quiso estar: llenándole los espejos a Max.

Jugar con el carácter de Verstappen


Max Verstappen es de mecha corta. Es un competidor feroz, no deja ir ni un sólo punto, no importa si ya es campeón o no, ejemplo de ello el Gran Premio de Brasil de 2022, evento de tristes recuerdos para Checo Pérez y de mucho estrés para Horner y Marko.

Ahora, cada que Checo Pérez logra superar a Verstappen en carrera si la envidia y coraje pudieran materializarse en un cuerpo humano este tomaría la forma del padre de Max, Jos Verstappen, quien es el primero en reclamar que se dé «mejor» trato al tapatío, situación tan risible como absurda.

En Jeddah, Verstappen imposibilitado de alcanzar a Checo Pérez a pesar de su impresionante remontada desde el lugar 15 de la parrilla, se arrojó a la búsqueda del punto de la vuelta rápida, el cual en ese momento reposaba en el casillero de su coequipero, esto a pesar de la recomendación de no hacerlo de su muy incomprendido ingeniero Gianpiero Lambiase.

El pobre Lambiase es el hombre más frustrado en las ondas radiales de la Fórmula 1. Si le dice a Max que sea blanco, se pinta de negro. Para él es como tener un hijo adolescente, millonario y malcriado, todo al mismo tiempo.

La forma de ser Verstappen puede en algún momento jugar en su contra. Desobedecer a su ingeniero le causado abandonos, fallas mecánicas y choques al más pintado, y por más pintado digamos que hablamos de Ayrton Senna.

La memoria nos abre el cajón de la temporada 1988, Mónaco con el prodigioso brasileño al volante del MP4/4 de McLaren.

El gran Senna calificó con 1.4 segundos de ventaja sobre su coequipero. Una verdadera barbaridad y humillación. En carrera, el ritmo de Ayrton lo llevo a lapear a todos menos a los Ferrari y a su compañero francés a quien ya sacaba 50 segundos. Ron Dennis le pidió que bajara el ritmo, no lo hizo y terminó estrellado antes de entrar al túnel.

Regularidad, podios y triunfos

Los días malos de Checo Pérez deberán ser los que esté en el podio sin ser el primer lugar. Si tu coequipero ganó 15 GP’s en 2022 cuando cuatro autos podían ser vencedores potenciales, ahora que en teoría y hasta que Ferrari, Aston Martin y Mercedes digan lo contrario, sólo hay dos en la disputa, no estar en el círculo de ganadores representará un déficit en las aspiraciones del mexicano.

La disciplina de Checo, su madurez y cabeza fría son factores a favor de un piloto de cabeza caliente como Verstappen que suele hacer caso omiso de las instrucciones del equipo.

Tal vez y seguramente es muy temprano para hacer pronósticos o plantear escenarios posibles, pero hoy por hoy, son dos los candidatos al título y uno de ellos es Sergio Pérez, por méritos propios.