Ana Lilia Velázquez.- Este jueves, Jazmín Aracely Priego Marín, trabajadora de la Dirección de Proyectos de la Universidad Veracruzana, denunció a Francisco Arredondo Álvarez, hermano del exrector de la Casa de Estudios, de haberla golpeado y amenazado en 2017.

La rectora, Sara Ladrón de Guevara tuvo conocimiento desde el primer momento de lo que ocurría, sin embargo siempre protegió al funcionario universitario.

«La Rectora estaba totalmente enterada, ella fue la que autorizó que se corriera, pero un subordinado de ella conmutó por 8 días nadamás, sigue trabajando en el mismo lugar, con el mismo presupuesto, sólo lo dejaron descansar y la rectora estaba enterada, ella es la que da la autorización de que cualquier funcionario se separe», indicó.

El agresor es actualmente el encargado del Programa de Conservación y Desarrollo de Áreas Verdes de la UV, oficina ubicada en la USBI y según la propia página de la Universidad, se trata de Francisco Arredondo Álvarez, hermano del exrector Víctor Arredondo Álvarez.

«Es hermano de un exrector, a mí me escondieron en el tercer piso de la Rectoría para que mi agresor pudiera caminar libremente sin que se molestara al verme. En febrero de este año exigí el fallo, la directora de Relaciones Laborales María Guadalupe Perea Contreras y me contesta diciéndome que no es obligación de ellos entregarme el fallo ni ningún tipo de documentación cuando el Estatuto General define que tenían obligación de acompañarme a levantar la denuncia ante la Fiscalía como notificarme del fallo», indicó.

Mencionó que debido a todo el encubrimiento y simulación de la Casa de Estudios, el pasado mes de febrero presentó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado, porque han pasado tres años y la UV no hizo nada.
Debido a que se sigue un proceso en contra de su agresor, lo llamaría Francisco «N», quien hace tres años llegó a su oficina en ese momento diciéndole que su trabajo no valía nada.

La dejaron sola y cerraron con llave la puerta para que su agresor la insultara y golpeara y pese a sus súplicas no la dejaba salir.

«Dijo que yo era una mujer sin dignidad y que él era un hombre intocable y que si su cabeza iba a ir de por medio a él no le importaba, pero que yo no iba a salir de la oficina. En repetidas ocasiones intenté salir, pero no pude. Afortunadamente pude grabar todo, tengo un audio. Temí por mi vida, no sabía a qué grado iba a llegar», expresó y denunció que a la fecha no tiene ningún mecanismo de protección.

Fue en la oficina de la Defensoría de los Derechos Humanos donde presentó su audio y levantó su primera queja, posteriormente la trasladaron a la Unidad y Equidad de Género y la directora únicamente le dijo que le asignaría a una recién egresada de la facultad de Derecho, quien le confesó que era su primer caso.