Lic. Felipe de Jesús Fernández Basilio.- El episodio que protagonizó la secretaria de energía Roció Nahle en una reunión que tuvo con los miembros de la OPEP y de otros países productores y exportadores de petróleo, reunión que fue celebrada con la finalidad de intentar estabilizar los precios internacionales de dicho energético.

En dicha reunión en la cual se planeaba que todos los países que producen el crudo redujeran su producción con la finalidad de que hubiera menos producto disponible en el mercado y así al menos intentar detener la caída del precio.

Y digo que es solo un intento, porque se pretende con ese acuerdo disminuir la oferta del producto más lo que concierne a la demanda del mismo que también es muy baja debido al parón económico mundial ya no depende de los países productores de petróleo y no hay que olvidar que los precios de cualquier cosa dependen tanto de la oferta como de la demanda de los mismos y para que sean altos debe de haber poca oferta y mucha demanda, lo cual ni con el acuerdo de la OPEP se puede garantizar, porque como ya se dijo la demanda está por los suelos y va a tardar mucho tiempo en aumentar.

Sin embargo la secretaria Nahle en lugar de aceptar reducir la producción petrolera del país, no solo se mostró como una ministra incapaz, ya que se ausentó de la reunión por horas para consultar con su jefe sino que al final dijo que México no iba a reducir su producción más que si acaso en una pequeña parte y como no le aceptaron la propuesta hizo un berrinche y se fue para no volver y el acuerdo quedó en suspenso hasta que al otro día y por increíble que parezca la posición del supuesto gobierno izquierdista de México fue salvada nada más y nada menos que por el abominable “Tío Sam”, sí queridos lectores ese mismo que desde hace décadas se supone que es anatema de cualquiera que se llame izquierdista en México y en América Latina.

Ese salvamento ocurrió debido a que papi Trump después de pedirle las correspondientes aclaraciones a su chamaco de Palacio Nacional y de escuchar sus berrinches y pataleos, decidió concederle su capricho absorbiendo su país la parte de la reducción que le corresponde a México y advirtiendo que México después le pagará el favor, por cierto, que no hay frase más temida que: “no te preocupes, después me pagas”.

La explicación del porqué de esa ayuda es muy simple, muchos dicen que Trump le vendió espejitos a López porque el gobierno de Estados Unidos como tal no produce petróleo, sino que lo hacen los particulares y que carece de facultades para ordenar la disminución de la producción de barriles de petróleo y por ello no va a dar nada a México.

Lo cual es cierto en parte, pero esa “ayuda” sí se va a materializar porque contrario al gobierno mexicano los empresarios petroleros estadounidenses sí son hombres de negocios y a ellos más que a nadie les conviene bajar la producción petrolera ante los bajos precios del producto y dejar que otros malbaraten su producción y Trump no hizo nada más que observar la situación y beneficiar por partida doble a su gente, ya que por una parte deja que ahorren todavía más sus productores y por la otra asegura la compra de petróleo mexicano barato para quienes lo lleguen a requerir.

 Y el resultado de este lance internacional deja a un gran beneficiado, a otro beneficiado a secas y a un perdedor; siendo el primero Estados Unidos que disminuye aún más su producción petrolera y a la vez se garantiza petróleo mexicano barato, mientras que el segundo es el gobierno de López que consigue su capricho pese a demostrar que no tiene solidez ideológica ya que recurrir a lo que llaman “El Imperio” para seguir en su necedad es por decir lo menos contradictorio para un gobierno que se dice de izquierda aunque si lo vemos bien sí es congruente con el juarismo ya que ese personaje fue capaz de arrojarse en los brazos de Estados Unidos con tal de mantenerse en el poder y el tercero o sea el perdedor es México como país que seguirá produciendo petróleo a un alto precio para venderlo más barato, es decir no solo sin hacer negocio sino teniendo pérdidas.

Es decir que al actual gobierno solo le importan sus caprichos y necedades y no el bienestar general del país; lo cual se pone de manifiesto porque es cicatero para apoyar a empresas y personas que van a verse afectadas por la crisis y porque también compra en china materiales sanitarios de mala calidad para ahorrarse dinero para tirarlo a la basura en programas sociales o como en el caso que esta vez nos ocupa en producir algo que es invendible o en el mejor de los casos se va a vender a un precio mucho menor al de su producción y todo porqué tienen que producir llueve, truene o relampagueé cierta cantidad de barriles de petróleo, aunque estos no valgan si quiera lo que cuesta sacarlos.

Sinceramente creo que en este momento tenemos uno de los peores gobiernos de la historia y por desgracia eso va a ser muy costoso para todo México y además es una muestra de que el pueblo no es sabio y sí se equivoca.

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