POR: Francisco L. Carranco.- Sin duda, el Gobernador Cuitláhuac  García, debe recibir el apoyo de los ciudadanos tanto los que votaron por él como los que no, que en la sana convivencia y concordia habitamos el mismo territorio veracruzano con las mismas necesidades, temores y con las esperanzas para que las cosas mejoren en un futuro promisorio para todos.

Son buenos deseos y el comentario nace dentro de esta época del año, en la que dedicamos un momento para desear a nuestra familia, amigos, familiares y vecinos parabienes, salud, paz, armonía, tranquilidad, un momento de reflexión y, dentro de lo que cabe, felicidad ¿por qué no a las autoridades y gobernantes también?

Y me refiero, principalmente, al gobernador del Estado a Cuitláhuac García Jiménez,  que en estos días que van de su administración, se empieza a conocer su forma de gobernar, la armonización con los programas del gobierno federal y sus compromisos de campaña para llevar con éxito su gestión.

Estamos en el inicio del sexenio, las dependencias se ajustan los nuevos hombres públicos que representan al actual gobierno y los Secretarios conforman el equipo de servicio al pueblo veracruzano, hombres y mujeres escogidos con un valor principal y presumiendo la confianza y lealtad del ejecutivo estatal.

Todos ellos, los neo funcionarios, tendrán la obligación de someterse a las exigencias sociales que a los veracruzanos les preocupa y que urgen para iniciar el levantamiento de la entidad, desterrar la corrupción, la impunidad y la prepotencia de todos los que robaron en nombre del Gobierno, y obvio, sumieron al estado en la más severa pobreza,

Los nuevos hombres y mujeres del gobernador deben medir su suspicacia cuando se trata de medir la institucionalidad de los trabajadores del estado, el compromiso que cada trabajador realiza en sus funciones a favor del servicio público y el trato que deben de recibir de los “nuevos jefes” y puntualizo esto último porque hay quejas en el ambiente de algunos coletazos, en algunas dependencias, que “los jefes” están soltando contra trabajadores, contraviniendo algunas posturas y compromisos del actual gobernador Cuitláhuac García. 

Hacer prevalecer los señalamientos de             que todos trabajadores del estado son corruptos por haber trabajado en las administraciones de Fidel herrera y Javier Duarte, incluso Yunes, no es una valoración correcta porque hay que aclarar que los empleados reciben instrucciones, precisamente, de los corruptos y los entes fiscalizadores no auditan a los empleados de base, sino a los que dan las órdenes, por lo que la mala valoración a los trabajadores actuales es ocioso por parte de los jefes puritanos que atacan, a los empleados, porque tienen el relativo poder que los votantes les dieron y que su desempeño en las oficinas darán las cuentas que ahorita persiguen.

Pero de regreso al ejercicio público, los hombres del gobernador, están más que nunca bajo el escrutinio de la sociedad y los votantes, éstos últimos, también, son mayoría que estarán pendientes de la actuación de la clase gobernante, para bien o para mal de los “neo funcionarios” estatales, que dicho sea de paso, hay muchos inexpertos jóvenes que cargarán, también, con el beneficio de la duda de los veracruzanos e, insisto, los votantes.

Y, por supuesto que, todos los veracruzanos, esperan que a Cuitláhuac le vaya bien porque a Veracruz le va a ir bien, dejando a un lado las asperezas con algunos funcionarios de la administración pasada y enfocado a las necesidades de Veracruz, la aplicación de los programas “Unidos para la Construcción de la Paz y Reforzamiento de la Seguridad”, puestos en marcha por el Secretario de Gobierno, Erick Cisneros Burgos, quién ataca los problemas de inseguridad con todo el poder de la fuerza militar contra la delincuencia en los dos focos más calientes de la entidad: Coatzacoalcos y Orizaba (Zona Centro).

Esperamos que los resultados empiecen a generar certidumbre en uno de los aspectos más urgentes que la sociedad veracruzana necesita, resultados positivos que sumarán el apoyo para que las políticas públicas funcionen para abatir la delincuencia.

La marina, el ejército, las policías estatales y municipales en las zonas de conflicto deberán demostrar las estrategias para reducir la incidencia delictiva, contener que el efecto cucaracha no invada otras latitudes del estado, y disminuir los delitos de alto impacto, esto incluye la labor  de la fiscalía y el compromiso del poder judicial para lograr que los delincuentes acaben en las cárceles y se agote el elevado número de eventos delictivos.

La confianza está depositada en la nueva gestión gubernamental de Veracruz, la aceptación y rechazo del Gobernador depende de sus funcionarios y su actuación frente a la sociedad que, quizás, estarán dispuestos a perdonar los errores de los neo funcionarios, pero, lo que si no tolerarán será la prepotencia, el abuso, la arrogancia, el autoritarismo, las amenazas, excesos y las puertas cerradas que acostumbran los que llegan al poder, obviamente, la corrupción, ineficiencia y la impunidad son conceptos que la ciudadanía piensa que están desterradas de la administración pública de Veracruz que encabeza Cuitláhuac García Jiménez.

El reto es mayúsculo y frágil, porque el ejercicio del poder enerva algunas mentes soberbias y acomplejadas que creen que el poder es supremo para los miembros del aparato gubernamental, cuando se deben al pueblo y a los votantes, mismos que deben de respetar.

Suburbio 1

Metrópoli les desea una Feliz Navidad a todos los veracruzanos[email protected]