Francisco L. Carranco.- En política nada es coincidencia, siempre hay un fin, un medio y consecuencias, el poder de adaptación de los involucrados ofrece alternativas que pudieran confundirse con un triunfo, pero, a veces, los resultados terminan por derrumbar los objetivos trazados contra el enemigo o contendiente y hay que dar explicaciones o, bien, blindarse con excusas.

Estamos a unos días para que empiece, oficialmente, el proceso electoral 2020-2021, donde habrá elecciones para elegir a los representantes populares locales, ayuntamientos, juntas municipales y gubernaturas en algunos estados.

En este contexto la escalofriante noticia hecha pública por la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE), cimbró a la clase política mexicana, a muchos los dejó fríos y, a otros tantos, bastante calientes por la decisión que resultó negativa para que, cinco asociaciones políticas de siete, no obtuvieran el registro como partidos políticos.

De esos cinco rechazados figuran dos, principalmente, uno  “México Libre” y dos “Redes Sociales Progresistas” el primero de Margarita Zavala y Felipe Calderón y el segundo de Fernando González Yerno de la Maestra, Elba Esther Gordillo y toda su influencia y porra magisterial del SNTE.

Los argumentos expuestos por el INE y, expresados por Lorenzo Córdoba, sobre la negativa a México Libre es que, según la autoridad electoral, acusan de que el 5% de los recursos reportados por el partido de Zavala y Calderón, no estaba plenamente identificado su origen, “hágame usted favor”.

Y, a Redes Sociales Progresistas, de la Maestra Elba Esther, se le acusa de una inscripción masiva de simpatizantes que, como son profesores y sindicalizados al SNTE, pareciera que se le estaría dando un partico político a un sindicato, eso argumentaron los comisionados, y para el INE eso fue suficiente para determinar la negativa, aunque, también dijeron, que hay otras irregularidades que sustentan la negativa plenaria en contra de los registros.

Obviamente a partir de hoy el tema mediático que competirá con las mañaneras y la infodemia por COVID-19, alborotará más los problemas que tiene México, aparte de la crisis económica y de Salud, aparecerá la política, porque mientras no se aclare la decisión tomada por el INE de negar el registro a los partidos políticos, entre la incertidumbre de si serán legales las elecciones, o todo será, una trama, del ejercicio supremo del poder presidencial para allanar su camino a su “Movimiento” y llegue al Congreso Federal, otra vez, para tener la mayoría de escaños.

Las instituciones autónomas entran en tela de juicio porque se supone que todas las organizaciones políticas que solicitaron su registro ante el INE, cumplieron con todos los requisitos para erigirse como partidos políticos, aunque las anomalías “sean verdaderas” y demostrables, la ciudadanía, nuevamente, está especulando sobre la veracidad de los consejeros del INE que, si gozaban de credibilidad, con este golpe considerado de muy baja ralea, los pone entredicho y aviva las indirectas de recibir “misiles” de la presidencia para actuar en contra de la democracia de este país.

El INE, seguramente, recibirá las impugnaciones de “Redes Sociales Progresista y México Libre” ante el Tribunal Federal Electoral y abre un nicho de guerra política contra estas agrupaciones que tienen muchos simpatizantes y militantes que, están ofendidos por la decisión de no darles el registro; apenas una semana antes, ambas agrupaciones políticas, habían pasado el último filtro del INE para constituirse como partidos y a la semana siguiente, les dieron el no, en extrañas circunstancias.

Las incongruencias de la política mexicana afloran y cuando se utiliza el poder para someter a los organismos autónomos, se da pie para que el autoritarismo político empiece a “chicotear” contra los ciudadanos que, otra vez desde sus nichos de confort, observan como la historia e vuelve a repetir cuando otro partidos diferentes a MORENA, hacían y deshacían cuando se trataba de imponer las reglas del juego político y electoral.

Los tiempos de ahora, no son diferentes a los pasados, la libre competencia político electoral que garantiza la democracia, con esta decisión, entra en sospechas, porque se deja a un lado la competencia legal de ideologías contrarias a las del partido en el poder, dejando atrás cualquier opción de los ciudadanos para escoger a sus candidatos.

Las elecciones volverán a ser puro “cuento”, del malo, donde los resultados con el INE o sin él ya estarán decididos para mantener, con un camuflaje político, la ilusión, mintiendo que vivimos en un estado democrático, con libertades y posibilidades de elegir a nuestros gobernantes. Nada de eso; pan con lo mismo.

Si usted pensaba que las acciones atribuidas al presidencialismo habían desaparecido de la política mexicana, está equivocado, este juego de sacar a los adversarios de la 4T de un proceso electoral, evidencia una lucha secreta o de revancha contra el ex presidente Calderón o “Borolas” por haber arrebatado las elecciones del 2006 o de Doña Elba que, indisciplinadamente, en lugar de sumarse a la 4T, optó por generar su propio partido o de su yerno, para proteger su libertad y riqueza fuera del penal y, de paso, hacer un poco de ruido mientras recupera el poder perdido cuando estuvo en la cárcel.

En los cuarteles, tanto, de “México Libre” y “Redes Sociales Progresistas”, principalmente, suenan los tambores de Guerra, ya que el adversario sacó las espadas, les toca a ellos la defensa ante los organismos legales para tal fin y, aunque, la decisión del “TRIFE” en un momento dado, coincida en con el NO, para constituirse como partido, las dos agrupaciones políticas tendrán tres años para reagruparse y volver a solicitar el registro y competir por la Presidencia de la República.

La otra opción de los militantes y simpatizantes, de las agrupaciones rechazadas, será constituir la oposición al voto oficial y engrosar filas con los otros partidos que quedan PAN, PRI y PRD o revivir las candidaturas “independientes” con el apoyo de los militantes y simpatizantes de las aún asociaciones políticas con solicitud de registro de partido político. O sea, volverse la piedrita en el zapato del movimiento en el poder.