POR Francisco L. Carranco.- Estas líneas que presento en la esta colaboración siguen con el tema del COVID-19 y sus consecuencias y daños colaterales, que desde el comando supremo de la Secretaria de Salud nos proporciona día a día y en la modalidad de López Gatell, subsecretario de Salud, nos ilustra del avance de la enfermedad en nuestro país.
No cabe duda que López Gatell, es un técnico conocedor de la problemática alrededor del Coronavirus y muy consciente de lo que está pasando en el país con la epidemia sus alcances, diariamente con un puntual tema alrededor de la crisis sanitaria ha expuesto los avances, logros y complicaciones que esta causando la pandemia mundial en México.
Todos los temas de salud se han expuesto, en el reporte diario de las 19:00 horas: las medidas de seguridad, la compra de los insumos médicos para los doctores y enfermeras, la capacidad del estado para resolver los casos de salud más urgente y casi todos los temas alrededor de la crisis han sido presentados a la sociedad en su conjunto.
Los medios tradicionales de comunicación y las redes ello sociales dan cuenta, sin embargo, hay un tema, una complicación que quiero comentar con ustedes, generosos lector de Metrópoli, y es el relacionado al personal médico, enfermeras, radiólogos, infectólogos, especialistas de todos los ramos médicos y además el personal administrativo, que trabaja en los hospitales y clínicas que son seres humanos y que están en el último eslabón de la enfermedad y serán lo que cuidarán a los enfermos llegado el caso.
Estos hombres y mujeres de blanco que, dentro de los hospitales, reciben a los enfermos, hacen las pruebas de infección y aplican todos os protocolos para detectar el Coronavirus, en su caso, iniciar el tratamiento y control de la infección, arriesgando su propia vida y salud, por el estrecho contacto que tienen con los individuos que son sospechosos o que ya adquirieron la enfermedad y así con los pacientes contaminados tienen que hacer su labor para sanar al enfermo y termina la jornada regresar a casa para enfrentar mañana nuevamente al virus y salvar a la sociedad.
Esa rutina que deberíamos estar aplaudiendo todos los días y dedicándoles oraciones y mejor atención a ellos o a sus familias para que en un gesto de solidaridad regresarles lo que están haciendo por el pueblo mexicano, sucede todo lo contrarios; LOS ENFERMOS DE LA SALUD ESTÁN SIENDO AGREDIDOS por grupos de mexicanos también que los discriminan porque creen que pudieran ser focos de contagio y no los quieren cerca de la población.
Que absurdo y retrogrado pensamiento de esos mexicanos, por supuesto, que los más ignorantes que, dentro de la pandemia cuando, insisto, ser multiplicadores de la ayuda por su compromiso con la saludo de otros mexicanos, estos hombres y mujeres de blanco, han sido víctimas del desprecio y agresiones de algunos que los segregan por estar al cuidado de enfermos de coronavirus.
Caso de agresión física, prohibirles el uso del transporte público, negarles hasta el acceso a las tiendas de la colonias o cruzarse de calle para no pasar cerca de esos hombre que tendrán en un momento a otro, en sus manos, la ayuda y salud de los que ahora los están discriminando.
Los héroes anónimos de los hospitales y clínicas que con su voluntad y compromiso adquirido para prestar los servicios médicos, aún con las agresiones de los otros ciudadanos, porque, también, cotidianamente asisten a su fuente de trabajo a seguir doblando turno, trabajar en condiciones no óptimas para cumplir con su labor médica, atender las urgencias de los enfermos de Conavid.
Pero, también, con los demás pacientes que tienen otras enfermedades y, sin embargo, hay que asistirlos y después de ser médicos y enfermeros, son también ciudadanos con familia y con un hogar donde llegar
Lamentablemente así es, a estos hombres y mujeres que escogieron la medicina para desarrollarse profesionalmente, los están estigmatizando por la enfermedad del Coronavirus, la sociedad está creando una imagen adversa, complicada y peligrosa de los doctores y enfermeras como si ellos fueran los verdaderos culpables de la dispersión de la enfermedad.
Los médicos y enfermeras, en la encrucijada de su profesión, están preocupados por la intolerancia que exhiben algunos grupos de mexicanos contra ellos, tanto en centros urbanos como en zonas rurales, donde la ignorancia cultural de ciertos individuos, azuzadores, violentos, discriminadores y agresivos contra el personal médico, ponen en peligro la vida de los doctores y la atención medica de todos los pacientes.
Los mexicanos, en la próxima fase tres, que está próxima a declararse, estará lleno, principalmente, del aumento de contagios por cualquier lado, en este escenario los doctores no tendrán nada que ver con el incremento de la epidemia, pero sí tendrán que realizar el compromiso y voluntad de atender, incluso, a los detractores que en días anteriores agredieron al personal médico.
Momento de reflexión y evaluación de que en un futuro inmediato tendremos la necesidad de recurrir a un hospital porque estamos enfermos o nuestra familia y los únicos que responderán para la atención serán los doctores enfermeras y, afortunadamente, las fuerza militares, Defensa Nacional y la Marina, con hospitales y camas habilitadas en la geografía veracruzana y es donde esos detractores de la labor médica tendrán que someterse y ponerse en manos de los que antes despreciaron y discriminaron.
Ninguna enfermedad estará sobre los derechos humanos de los doctores y enfermeras, así que piense, infórmese y revise información fidedigna, no haga caso al rumor y si tiene dudas hable a cualquiera de los teléfonos que el Gobierno, la secretaria de Salud y otras tantas oficinas.
A los médicos, héroes y heroínas médicos hay que quererlos, protegerlos y ayudarlos, son los luchadores del día al día contra el terrible Coronavirus o COVID-19.
Suburbio 1
Nadie supo lo que sucedió, pero la calle de Allende, recién inaugurada y puesta en marcha, en el primer día de lluvia, esta calle se inundó pero esto no quedó aquí, el día anterior la Calle de Revolución, también recién entregada, no aguantó la torrencial lluvia tampoco, se levantaron baquetas y arrastró tierra y piedras al centro de la ciudad, no hay culpables aún.