Cortesia para ilustración

POR: Francisco L. Carranco.- No se pudo más y, por fin, en la Ciudad y Estado de México, vuelve el Semáforo sanitario al Rojo ante el gran incremento de contagios y fallecimientos que ya saturan hospitales, aumentando el riesgo exponencial de que el virus arrase con la salud de mexicanos y, emerge la advertencia de que, su propagación, pueda generar una epidemia jamás vista en el país, si no se controla de inmediato.

Los nuevos casos diarios siguen aumentando en el país, concentrando la peor parte la Ciudad de México, una megalópolis que ha sido indiferente a la propagación del virus, por considerarlo, un fenómeno ajeno y distante de los diferentes segmentos sociales, que a pesar de los llamamientos de la autoridad a guardarse en casa, usar cubrebocas y evitar aglomeraciones, ha sido omisa a esas advertencias y ahora sufre las grandes consecuencias del incremento de la epidemia.

Sin que la gente perciba el peligro de contagio, los ciudadanos creen que sólo los vecinos están en riego, es un mecanismo justificativo de que sólo “los otros” enferman, los que son diferentes a nuestro ritmo de vida y estratificación social determinado por ingreso o estatus de confort, sin embargo, el virus no elige, es general y ahora vemos deportistas, artistas, políticos, empresarios que sucumben a contagio y, en algunos casos, ya no sobreviven a la infección.

La jefa de gobierno Claudia Sheinbaum , había visto y previsto que la Ciudad de México entraría nuevamente en crisis, porque el índice de contagios y aumento de hospitalizaciones no bajaba en los reportes diarios que presenta el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell; que, como en los cuentos de Hadas, ha pretendido ofrecer una calma chicha en la punta de la crisis para tratar de tranquilizar, con puro rollo, a la ciudadanía y tener contento al que manda en este país, al ofrecer información fantasiosa sobre el avance del Coronavirus.

El contagio por Covid-19 en Europa y USA, mostraban un escenario que en México se podría llegar a sufrir, pero, como al principio de la pandemia el problema se veía bastante lejano y seguimos consumiendo el discurso mareador del multicitado, Hugo López Gatell, que también advirtió de la llegada de un posible rebrote para estar a tono con la información internacional, sí los países de Europa viven actualmente un rebrote, es seguro que en México también se dé, para estar a tono.

Sin embargo, hay quienes consideran que el rebrote e México no se ha dado, lo que ha pasado es que al aumento sigue, sigue y sigue, desde aquella vez en que Gatell, dijo, que la curva de aplanamiento llegaría y luego el descenso de los contagios, cosa que nunca sucedió y, por el contrario, el aumento de infectados por Coronavirus está causando una crisis muy difícil de controlar.

El pico de la enfermedad no ha llegado y el riesgo es mayúsculo, porque en una ciudad de más de 120 millones de habitantes la cosa se pone grave y, más que en estas fechas y, por tradición, los habitantes de la ciudad de México salen, al interior del país, de vacaciones aprovechando el periodo navideño para visitar a familiares y desesterarse de la información pandémica, que no de los contagios y muerte de los habitantes de la gran metrópoli.

Las líneas de esta columna pretenden incentivar el análisis para que los ciudadanos de todo el país observemos y reflexionemos sobre lo que está pasando en la ciudad y estado de México con los contagios, el hecho de no contenerlos, por la negligencia ciudadana, pone en el riesgo a los demás estados del país, sobretodo, si hay expulsión de personas infectadas o portadoras del virus que contagien al resto de los estados de este país.

El escenario del cierre de año es muy trágico y habrá que redoblar la auto-seguridad sanitaria, porque el sector salud del país ya no puede con la carga de contagios, en la ciudad de México se siguen contratando doctores para que asistan al personal médico totalmente agotado, diariamente llegan contingentes del sector salud de las entidades federativas en apoyo a la lucha contra el Covid-19 en CDMX.

Definitivamente, las estrategias del Gobierno y el Sector Salud Federal, desde sus escritorios, no pudieron resolver el asunto de los contagios. Si en la primera fase de la epidemia se logró el confinamiento de la gente en sus casas, se pararon las actividades no esenciales, se promovió l sana distancia y otras acciones preventivas, obviamente, se descuidó el desconfinamiento por la presión económica que el propio país sufría.

Y en lugar de escalonar el desconfinamiento, se abrió de golpe con la llegada del buen fin y la gente salió a las calles y regresó a las actividades comerciales, sociales, turísticas y de esparcimiento masivo, lo que provoco el aumento en el índice de contagios.

Ahora las medidas sanitarias y de prevención siguen siendo sólo en el discurso oficial de las autoridades, dejando a un lado las acciones drásticas, como las que aplican los gobiernos de las ciudades europeas que están regresando al confinamiento obligatorio e, incluso, toque de queda en algunos horarios y en algunas ciudades.

La vacuna está muy lejos de ser la solución que enfrente directamente al aumento de contagios y fallecimientos, el panorama para nuestro país es, quizás, la vuelta al confinamiento obligatorio para toda la población, incluida, la población vulnerable que es la que más riesgo tiene, el encierro y la auto seguridad con medidas sanitarias extremas será la solución cercana a evitar contagios por la epidemia de COVID-19, sí ésta se desparrama de la CDMX a todo el resto del país.

Suburbio 1

La displicencia del “Alcalde banquetero” hacia los baches ha cobrado ya varias llantas, provocando un gasto innecesario para los ciudadanos que derriten su aguinaldo en compra de llantas nuevas, mientras el alcalde hace banquetas en lugar de reparar las calles.

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