Cortesia

Por Francisco L. Carranco.- Las frases populares nos asisten cuando evaluamos los aciertos o desaciertos de eventos que, por la naturaleza y magnitud del ruido o molestias que ocasionan, se vuelven de carácter político, pero, con deterioro social y hasta económico, por ejemplo, el Caso del Acuario de Veracruz y como colofón el concierto de la Trevi en la USBI de Xalapa, que se volvió un caso también, además de la pomposísima Plaza Imperial Animas.

Los tres eventos ocurren con el relativo “beneplácito” de las autoridades correspondientes, unos en el Acuario del puerto de Veracruz y otros con tala inmoderada, alla por la zona de Las Animas, los dos primeros de la iniciativa privada y el otro el de la Universidad Veracruzana o, en la USBI, autorizado por el Patronato de esa Institución que, la vox populi, señala como encargado de la administración y/o usufructo de las instalaciones deportivas y recreativas, bajo la marca de Halcones UV y con “anuencia” para generar recursos aún a costa de rentar las instalaciones para “apoyar” a las actividades deportivas del Alma Mater de los estudiantes de la Veracruzana.

En todos los casos, el escándalo provocó inconformidades en la sociedad, por una parte, el Acuario, quizás la atracción más importante del Puerto de Veracruz generadora de millones de turistas que asisten a disfrutar ese bello reservorio de especies marinas, algunas en peligro de extinción y, generadora, también, de muchos millones de pesos, cientos al año, que en estos momentos de cierre, por clausura, no ingresan para bien, a las arcas del extinto fideicomiso que usufructuó las ganancias, por más de 30 años.

El Acuario dejo de existir legalmente como estaba constituido por la soberbia, arrogancia de los personajes que ostentaban la administración y que, como con la Isla de Sacrificios, hace unos meses, iniciaban un nuevo negocio aperturando el espectacular lugar para fiestas privadas, con descarado agravio a las especies marinas que deben de ser protegidos de iluminación incandescente, altos volúmenes y decibeles ocasionados por los equipos de luz y sonido que ambientaron el ágape de la mejor sociedad porteña que se dio cita en tan espectacular escenario.

La consecuencia inmediata y, bien recibidas por la comunidad veracruzana, fue la revisión y clausura por parte de la Procuraduría del Medio Ambiente, que consignó el hecho, pero, además, descubrió varias anomalías en el manejo del Acuario y las especies que ahí están, concluyendo la investigación con la inexplicable muerte de un Manatí, en condiciones extrañas y sin dar parte a la propia dependencia protectora del Medio Ambiente.

Hoy el Gobierno del Estado rescata el museo marino y, Aquarium, abre las puertas a los turistas, estudiantes y público en general para vivir el nuevo ciclo del Acuario veracruzano, con descuentos y las condiciones adecuadas con las que debe operar un recinto tan importante como lo es el ahora Aquarium en la ciudad y puerto de Veracruz.

En la Universidad Veracruzana (UV) las cosas empiezan a llamar la atención, guardadas las proporciones, de que alguien, en el Patronato que opera la USBI, ha descubierto un potencial negocio para recaudar fondos para las actividades deportivas y culturales de la institución académica, que tanto necesita dinero para impulsar las actividades sustantivas de la Universidad como lo es la cultura y el deporte. ¿pero, llegan?

Sin embargo, la forma no ha convencido a la comunidad académica de que rentando los espacios universitarios para recibir a los Intocables, a la Gloria Trevi y quizás una extensa lista de agrupaciones que, antiguamente, solo se presentaban en el Salón Bazar, ahora invadan los campos de la USBI con el riesgo que implica la parafernalia de los escenarios que, como el pasado reciente, antes de la función se desplomó, afortunadamente, sin daños a terceros,

La diferencia es que, este evento en comento, el de la Trevi, realizado en los campos de la USBI, por ser una entidad pública, administrada por personal vinculado a la Universidad Veracruzana, no pasó nada, ni se supo nada, ni la contraloría interna, ni protección civil, ni nadie supieron del Concierto que sin condiciones adecuadas se llevó a cabo: La Trevi, cantó en la USBI. El show se llevó a cabo y todos contentos, obviamente la gente se pregunta si el rector apoya esas actividades o el patronato anda por la libre.

Finalmente, allá por la zona de la Ánimas un grupo de vecinos protestaron por la tala inmoderada de arboles, según dijeron, acción que afecta al ecosistema de esa zona poniendo en peligro a als espcies silvestres que habitaban en ese lugar.

Antes de que la inconformidad impactará en la opiniòn pública xalapeña, las autoridades municipales informaron que según por acuerdo de cabildo, no hay ninguna reestricción para la prohibición de desarrollos conerciales.

Sin embargo, la repercusión del llamado de los vecino ante lo que consideran un ecocidio atrajo la intervención de la Secretaría de Medio Ambiebte y Recursos Naturales que, en conjunto con la Procuraduría del Medio Ambiente, colocaron lonas y cintas de clausura en el terreno donde se realizaban los trabajos de cosntrucción de la nueva Plaza Comercial de pomposo nombre, Plaza Imperial Animas, misma que pudo haber incurrido en un posible daño ambiental tras el derribo de decenas de árboles que eran el hábitat natural de especies como tlacuaches, zorros, mapaches, serpientes, y una sin número de aves.

La justicia tarda, pero llega… ¿no?