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POR: Francisco L. Carranco.- Desde abril del 2015, el servicio público de taxis, como tradicionalmente lo conocemos, sufrió una acalambrada con la incorporación y presencia de la compañía Internacional UBER que se instaló en México como una alternativa profesional, segura, puntual, limpia que empezó sus actividades en Guadalajara, prestando el servicio de transporte para aficionados de la ciudad al campo de Futbol OMNILIFE sede del club Deportivo Guadalajara.

A partir de esos momentos la empresa de nueva creación, UBER, inicio la ampliación para servir a la sociedad con una nueva alternativa del transporte público en la modalidad de Taxi, pero, con otra mística en el servicio prestado que incluye autos de reciente modelo, conductores que respetan los reglamentos de tránsito y tratan al usuario con respeto, entre otros valores que distinguen a la empresa, para que el pasajero se sienta seguro.

Definidamente, la compañía en estos pocos años ha crecido exponencialmente en muchas ciudades del país y, cada día, son más requeridos los servicios de taxi, por el deseo de la gente de sentirse seguros cuando necesitan un taxi, sobretodo, en las noches y destinos largos, cosa que los taxis comunes ya no pueden garantizar.

Desde el mes de diciembre, del 2020, esta empresa UBER, ha anunciado la puesta en marcha del servicio de taxi bajo la modalidad de una aplicación, que cada usuario puede bajar a su celular, para obtener un servicio de transporte de calidad.

Esto como en todas las ciudades del país donde opera UBER, ha recibido el antagonismo de los taxistas locales que ven esta aplicación y servicio de transporte público como una competencia desleal, sonde anteponen el riesgo de pérdidas económicas porque la preferencia de los usuarios que, poco a poco, utilizan y aumentan el servicio de transporte a través de la aplicación por los riesgos que se viven cuando usted toma un taxi común y corriente, que operan amafiadamente en las ciudades del país.

En Veracruz, a partir del mes de diciembre, se autoriza que este servicio de taxi a través de la aplicación UBER, pueda prestar servicio en las ciudades de Xalapa, Veracruz y Coatzacoalcos, las opiniones se dividen, por un  lado los gremios de taxistas que agrupan como tribus a choferes y monopolizan el servicio amedrentando a los ciudadanos, automovilistas, algunas instituciones y, muchas veces a las autoridades de Tránsito, municipal y estatal, que no pueden con la presión de los líderes de estas agrupaciones que se vuelven enemigos de la sociedad.

Bueno hasta el alcalde banquetero, Hipólito Rodríguez Herrero, se ha manifestado en contra de los permisos para que esta modalidad de taxi preste los servicios en la ciudad de Xalapa, argumentando que la Capital del Estado, es una ciudad que esta congestionada por tantos vehículos, principalmente por taxis, automovilistas y camiones de servicio urbano de transporte, lo que el alcalde omite decir en su controversia con el servicio de UBER es que es un servicio con vehículos particulares de esos mismos que andan en los congestionamientos, lo que no aumentaría la densidad de vehículos en las calles, si no de los que ya circulan muchos podrían ofrecer, como alternativa, el servicio de taxi.

Los ciudadanos que viven en Xalapa y, que por necesidad, de su trabajo o actividad requieren de un taxi, ya no tendrán que estar peleando contra la arrogancia y prepotencia de los choferes taxistas que recogen pasaje poniendo en riesgo al usuario por intempestivos altos y arrancones en lugares prohibidos o ejecutando vueltas en “U” violando el reglamento de tránsito y poniendo en riesgo la integridad de los usuarios.

Generalmente, los ciudadanos que constantemente viajas a otras ciudades del país y que ya han utilizado el transporte a través de la aplicación, por supuesto, que van a preferir a un auto de UBER que les preste el servicio con un trato amable y seguro desde el mismo lugar en donde lo pide y que los lleve a su destino de forma segura.

La gran diferencia es que los autos de UBER son vehículos de reciente modelos no menos a 10 años, donde el conductor es una persona con licencia, propietario del vehículo, cuyo papeles y datos particulares de él y el vehículo están registrados en una base de datos, responde, los que están en servicio, en cuestión de segundos confirmando el servicio y ya, cuando el usuario está dentro del vehículo y rumbo a su destino, el conductor se refiere a la persona con toda amabilidad y atención, incluso, asesora a las personas en caso de que sean turistas o visitantes a la ciudad por primera vez.

En caso de algún problema o mala atención del conductor, el usuario puede reportar de inmediato al conductor a través de la aplicación, lo que le da mayor certeza al usuario en un viaje de UBER.

El usuario no tienen que batallar a la hora del pago con el cambio porque el chofer no trae, ya que la tarifa se paga con tarjeta de crédito, esto acumula puntos y promociones por el uso continuo de la aplicación, cosa que los choferes de taxi locales no pueden hacer porque tienen que sacar la cuota del “patrón” porque no son propietarios del vehículo, trabajan bajo una suma que deben entregar diariamente y por ello, bajo un falso concepto del uso del tiempo, andan a exceso de velocidad, infringiendo el reglamento de tránsito en todo su articulado: desde vueltas prohibidas, uso excesivo del claxon, circulación a exceso de velocidad, pasan la semaforización en alto, lucha constante contra los automovilistas por el paso primero, paradas en lugares prohibidas y un largo etcétera, incluidos los accidentes y las mordidas.

La competencia de taxistas contra la aplicación UBER no es como la planten los líderes de las agrupaciones locales de taxis, ya que la diferencia lo hace el servicio que prestan, UBER pretende calidad en el servicio, genera empleos y las personas que trabajan como conductores son propietarios de sus autos, las tarifas estas calculadas por un centro de operación, el destino es seguro y la atención es de primera.

En todas las ciudades el mundo la introducción del servicio de UBER ha generado mayor calidad en el servicio general del transporte público de Taxi, ya que la competencia debiera generar la mejoría del servicio en general, para que los usuarios, inclusive, ausculten la posibilidad de trasladarse al trabajo en Taxi, en lugar de usar el auto privado.

Los taxistas agremiados a padrones sindicales de líderes que sólo responden a intereses particulares, económicos y políticos, tendrán que aceptar la competencia y en lugar de pelear para arrebatar el servicio, deberían capacitar a los choferes para que presten un servicio de calidad y cordialidad al usuario, que es el que mantiene a esta runfla de choferes temerarios de taxis.

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