A Blanca, la familia Martín del Campo y Treviño
El sueño de la Unión Latinoamericana y del Caribe en los ámbitos políticos, económicos y sociales, a pesar de las complejidades que ello representa, siempre ha estado y desde el siglo XIX, a la vista.
Esto viene por la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de proponer un organismo parecido a la Unión Europea (UE) y una sustitución de la Organización de los Estados Americanos (OEA), planteada el sábado anterior.
La UE -pese a mil dificultades incluso de lenguas y culturas- , ha dado excelentes resultados de integración porque sus fines están claramente definidos: elevar la calidad de vida en los 27 países que la integran
En la parte Latina del continente son 46 naciones, territorios dependientes y departamento de ultramar, con una población estimada de 600 millones de habitantes, en la que se habla mayoritariamente español, portugués, inglés y francés y lenguas indígenas, los resultados integristas desde la liberación de los imperios del siglo XIX, son exiguos.
López Obrador fue cauto y preciso durante la inauguración de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en la hubo representantes de 35 gobiernos de la región.
“Se trata de un asunto complejo, que requiere de una nueva visión política y económica, es una gran tarea para buenos diplomáticos y políticos, como los que afortunadamente existen en todos los países del continente».
Y arremetió: “Washington nunca ha dejado de realizar operaciones abiertas o encubiertas contra los países independientes situados al sur del río Bravo» , aunque en seguida matizó al llamar a los países latinoamericanos «hacer a un lado la disyuntiva de integrarse a Estados Unidos o de oponerse en forma defensiva».
Por ahora son meras intenciones discursivas, lo cierto es que caminar en esa dirección dejará en el presente siglo, si se logra, enormes dividendos en materia política, económica, ambiental, social; quizá muchos no lo vamos a ver ya, los vientos apuntan hacia ello.
Incluso el acérrimo ahora opositor a López Obrador, el controvertido Porfirio Muñoz Ledo, y otros grandes diplomáticos mexicanos han sido impulsores de ese proyecto al que muchos dirigentes latinoamericanos se oponen sea por rencillas históricas, ideologías, o simplemente intereses locales y globales diametralmente distintos.
Atraques
- Los temas de la agenda gubernamental están a máxima temperatura como son el retorno a clases presenciales; la consulta popular que enjuicie a expresidentes, sí o no; el tremendo asunto de la delincuencia organizada y la otra y el sistema de fiscalías y el judicial repleto de inercias que es necesario transformar; la independencia de la Suprema Corte de Justicia.
- El Covid 19 sí se intensifica, no obstante que ya hay 42 millones de vacunados y en la mayor parte de los lugares públicos hay medidas de protección, el consejo médico es seguir con el cubrebocas y manos limpias.
- Muchos alcaldes ya se van en diciembre. Hay excepciones en cuanto a buenos gobiernos, aunque en su gran mayoría se retiran con los bolsillos abultados o muy abultados, con gran desperdicio de capacidad, tiempo y recursos para mejorar ciudades y congregaciones y atender tantos pendientes de empleo, salud y medio ambiente.
- La francesa Florance Cazzes, quien lo diría, le asiste la razón jurídica por entero.