POR Doctor Jorge Manzo Denes.- La UV ha sabido responder al abanico de culturas indígenas de sus habitantes, pero aún hay muchas áreas de oportunidad para fortalecer y diversificar su flanco intercultural

Nuestro país es un gran mosaico de culturas originarias, resultado de nuestra milenaria historia. Este hecho ha impulsado la ineludible tarea de tener vínculos sociales de diversa naturaleza, lo que nos convierte en un gran territorio intercultural.

La entidad veracruzana, dentro de su complejidad social, tiene más de un millón de habitantes de pueblos indígenas con diferentes culturas, costumbres y lenguas. Después de Chiapas y Oaxaca, Veracruz es la tercera entidad con poblaciones originarias de todo el país. El Artículo 2 de nuestra Carta Magna hace una amplia descripción de nuestra composición pluricultural como país y garantiza los derechos de esas comunidades.

Con respecto de la educación superior y de manera particular para los pueblos indígenas, en México se han instaurado mas de 10 universidades interculturales, cada una atendiendo poblaciones originarias de alguna entidad federativa, con un gran abanico de posibilidades profesionales. En la entidad veracruzana se dio un giro distinto, la Universidad Veracruzana tomó el tema como propio y desde 2004 ha impulsado programas educativos interculturales para formar profesionales comprometidos con el desarrollo de sus grupos de origen: la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI). Pero ese esfuerzo de nuestra Universidad tiene que ir aún más allá.

La UVI, como entidad depende de la Secretaría Académica y cuenta con una Dirección General, como mando superior, y un Coordinador por cada una de las cuatro sedes regionales: Huasteca, Totonacapan, Las Selvas y Grandes Montañas, que se ubican en diferentes regiones de la entidad donde se encuentran nuestras comunidades originarias y en las que se ofrecen tres programas de licenciatura y uno de posgrado, logrando dar atención a más de trescientos estudiantes.

Dicho lo anterior queda claro que aún hay muchas áreas que reforzar en el flanco intercultural de la UV, como la diversificación e incremento de la oferta educativa, elevar nuestra matrícula y en el rubro administrativo, transformar la Dirección General en una Vicerrectoría Intercultural.

En resumen, tenemos muchas áreas de oportunidad para fortalecer y diversificar la educación superior para nuestras comunidades indígenas veracruzanas, así como su interacción con toda la riqueza cultural del estado, es un gran reto que tenemos en el futuro próximo.

Una de las tareas fundamentales que me propongo atender de inmediato, es el establecimiento de estrategias a fin de apoyar los requerimientos de esos grupos sociales, además de integrarlos a todo el mecanismo institucional mediante el cual se impulsan todas las licenciaturas y posgrados, con el propósito de que su formación se mantenga constante, actualizada y vinculada a través de las diferentes acciones institucionales.

Nada alejado de lo que ya maca el propio reglamento interno de la UVI, necesitamos seguir disminuyendo la injusticia cognitiva a la que son expuestas las culturas indígenas. Es parte de nuestro compromiso social establecer las estrategias pertinentes para el desarrollo educativo en las comunidades de origen. Más aún, necesitamos impulsar esta modalidad educativa para la concordancia con los cuatro pilares de la educación intercultural que marca la UNESCO: aprender a conocer; aprender a hacer; aprender a vivir en comunidad; y aprender a ser.

Todo lo anterior tiene el fin de combinar el conocimiento con las oportunidades de proyectos, adquirir las competencias para enfrentar las situaciones locales con un pensamiento global, respetar el pluralismo y el entendimiento mutuo y desarrollar la personalidad propia de la comunidad para impulsar una mayor autonomía y responsabilidad social.

En uno de los diversos congresos internacionales en donde he tenido la oportunidad de asistir como ponente, me topé con un cartel difundido por diversas partes del recinto que mostraba la foto de una densa selva y sobre la foto un texto que decía “ahí está la cura”, aludiendo a que la naturaleza siempre va a tener el remedio a nuestros males.

Pero eso no es novedoso, es algo que la interculturalidad nos ha mostrado por años. La enorme riqueza en conocimientos de nuestras comunidades originarias sobre su entorno natural y su impacto en diversas áreas como la salud.

Mi perspectiva sobre la visión educación superior intercultural consiste en impulsar en ambas vías, lo que la educación formal pueda proveer, pero también lo que el conocimiento ancestral pueda enseñar.

Considero que esa es la vía para lograr un máximo aprovechamiento de la riqueza en conocimientos ancestrales y de los que, nuestras culturas originarias, son custodios milenarios. Más información en: jorgemanzo.org

CORTESIA DE: CAMPUS, Suplemento sobre Educación Superior.