Ante la emergencia sanitaria, cada persona reacciona de forma distinta ante situaciones de estrés, por lo que es frecuente que se presente ansiedad, preocupación, miedo, enojo, irritabilidad, aburrimiento, incertidumbre, tristeza, desesperanza y poca tolerancia, que podrían impulsar acciones que deriven en la afectación de la salud mental, explicó la psiquiatra del Hospital General de Zona (HGZ) No. 11, Sol Esther Domínguez Méndez.
Lo anterior, se condiciona por las medidas efectuadas para mitigar la propagación de COVID-19, como la sana distancia, el aislamiento social y la cuarentena, las que podrían generar cambios en la conducta y el estado de ánimo, por lo que el IMSS promueve estrategias para identificarlas y atenderlas.
Para prevenirlas, la especialista detalló que es recomendable observarse a sí mismo y realizar una introspección en la que se expresen los sentimientos, para identificar cómo toma la persona la situación actual; en el caso de niños y adultos mayores, éstos deben recibir ayuda para realizar este ejercicio.
Recomendó informarse en fuentes oficiales, limitarse a hacerlo una o dos veces al día; también recomendó a las personas que presentan alguna condición médica, no suspender el tratamiento.
Tener una rutina y ejecutarla diariamente, cumplir el ciclo de sueño, llevar una alimentación sana, realizar actividad física e incluir un momento a solas para buscar técnicas de meditación y relajación, son elementos fundamentales para un equilibrio físico y mental, manifestó.
Por último, la especialista recordó que, incluso, durante el aislamiento, se puede estar en contacto con los seres queridos y amigos, a través de la tecnología y el uso de aplicaciones que permiten la interacción a distancia en tiempo real (Whats App, Skype, Face Time y otros), sin olvidar que esto es temporal y una vez concluida la cuarentena, será posible reunirse nuevamente.