«Mujer, hermana, aquí está tu manada”, se escuchó gritar en el arranque de la caminata; el contingente conformado por mujeres, niñas y ancianas se dirigió al centro de la ciudad.

Algunas portaban pañuelos verdes, otras, color morado y una grande manta encabezaba la marcha que por algunos minutos se tornaba lenta de la multitud que participaba.

La lluvia que por momentos caía no detuvo la mega concentración de mujeres; por el contrario, las animó a seguir adelante.

En el Monumento a la Madre, las mujeres hicieron un minuto de silencio con los puños en alto para pedir justicia por la cientos de desaparecidas.

Luego, reanudaron su marcha y en el viaducto su voz retumbó una vez más “Ni más, ni una asesinada más”, “señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”.

Finalmente el contingente, arribó a la Plaza Lerdo donde siguieron las consignas; colocaron veladoras por las más de 150 víctimas de feminicidios y una vez más, se clamó “justicia, justicia”.