La Fórmula 1 vivirá su siguiente gran revolución en cuanto a las reglas en 2026 y aunque faltan casi tres años, toda la parrilla ya se prepara para esa etapa, en la que los motores híbridos tendrán un mayor apoyo en la energía eléctrica y en el uso de combustible totalmente sustentable, un auténtico cambio en el statu quo de la máxima categoría.

Para esa fecha ya hay movimiento alrededor de las fábricas, con los primeros ensayos de las plantas de poder, la contratación de personal, la construcción de nuevas instalaciones y, sobre todo, las negociaciones que se llevan a cabo en cada Gran Premio con reuniones entre los jerarcas de los equipos.

La FIA confirmó que para esa temporada ya hay seis interesados en ser proveedores en el Gran Circo: Alpine (Renault), Audi, Ferrari, Honda, Mercedes y Red Bull-Ford, además de un probable aterrizaje de Porsche, que no alcanzó un acuerdo con la compañía de bebidas energéticas, pero podría encontrar un nuevo compañero.

Esto abrirá las posibilidades, en especial para los no productores, que podrán encontrar el complemento ideal para sus monoplazas sin estar limitados a las cuatro opciones actuales, que provoca que esta campaña, la Estrella tenga cuatro escuadras con sus unidades de potencia y la Scuderia, tres.

Red Bull fue el primero que se movió para encontrar una solución a la anunciada salida de Honda del serial y optó por comenzar desde cero el proyecto de construir sus propias piezas, al que ha sumado a Ford de forma reciente; la marca austriaca buscará seguir los pasos de Mercedes, Ferrari y Renault para no ser dependiente.

Este aumento en la baraja es una oportunidad de oro para aspirantes como Aston Martin, que ha crecido en este 2023 con podios constantes y que tendrá precisamente en Honda un socio dedicado a él porque no tendrá autos en la pista, como le ocurre con Mercedes, que le suministra las plantas de poder.