POR Francisco L. Carranco.- La tónica en este ambiente de comparecencias e informes de gobierno de los tres principales niveles de gobierno ha sido definitivamente el ataque directo a la corrupción y entender como desenmarañar la herencia maldita de los gobierno anteriores que tenían al país, estados y municipios con una imagen de que las cosas marchaban bien, pero que con las declaraciones  de los nuevos gobernantes nos han convencido que todo no era así.

Ayer mismo el alcalde, Hipólito Rodríguez Herrero, dictó su segundo informe y volvió a referirse al cochinero que heredo, pero, a dos años de servicio municipal ha logrado revertir uno de los perores cánceres de la administración pública que es la corrupción, según el munícipe en su mensaje al cabildo y a los ciudadanos xalapeños, dijo, que con la participación ciudadana se va a abatir en su totalidad este gran mal que ha infestado la administración pública y que aún falta, como “tumor maligno”,  extirparlo con grandes remedios.

Con respecto a la corrupción es un tema que permanece en los discursos desde el gobierno federal, el gobierno del estado, los secretarios que asisten a la comparecencia, el mismo alcalde que dado el panorama que  quiere decir que todavía existe en algunas partes de la estructura de gobierno.

Son muchas las dependencias que manejan grandes presupuestos, que representa la codicia de los funcionarios, a pesar de que esos neo funcionarios hayan sido invitados al nuevo Gobierno, presumiendo la honestidad en inmaculados currículos de hombres y mujeres, jóvenes y adultos que integran las administraciones en los tres niveles de gobierno.

Sin embargo, la corrupción se percibe, vuelvo al ejemplo anterior, “como un tumor maligno” inmerso en las instituciones, en el presupuesto, pero, también arraigado en los beneficiarios que son, precisamente, quienes manejan, deciden y operan los recursos porque conocen el uso y destino del dinero público.

Las comparecencias y los informes municipales asoman las inversiones realizadas en el estado y los municipios en obras y servicios,  cifras modestas, que al decir de los propios diputados hay dinero que no se gastó, un subejercicio en la aplicación de los recursos con un pretendido ahorro, si ahorro, que ya no servirá de nada en el próximo ejercicio, que ilusamente los secretarios y alcaldes que no gastaron su presupuesto creen que es ahorro.

La verdad es que quedarán como funcionarios ineficientes porque no invirtieron sus presupuestos para resolver las necesidades de los ciudadanos y que, al no gastar, inhiben la dinámica económica de las ciudades porque al no haber gasto público no hay circulante y los ciudadanos que dependen del flujo del dinero para comprar, vender, consumir, equiparse, resolver los gastos fijos en las casas, en las empresas y en la inversión se quedan sin oportunidades.

Qué bueno lo que hemos oído la mayoría de los comparecientes, nos han informado que para el segundo año de gobierno será definitivo para haber desterrado la corrupción, los alcaldes ya llevan dos años de ejercicio, y no están seguros de haber acabado con ella, pero, suponemos que se esfuerzan.

Todos los funcionarios que manejan recursos públicos serán auditados por los flamantes entes fiscalizadores, con nuevos titulares que ya están inmersos en todos los ayuntamientos, dependencias y en general en el Gobierno y Municipios, el ORFIS y la Contraloría General del Estado, los OIC’S y Transparencia, en breve, revisarán la cuenta pública 2019 y ahí saldrán los resultados que los ciudadanos esperan ya no de las obras realizadas y las actividades sustantivas de las dependencias, sino cómo se orientó el gasto, si hubo omisión o dilación en los egresos económicos públicos.

El balance entre el presupuesto destinado a la operación de la inversión pública contra las obras terminadas en tiempo y forma, darán un resultado final de inversión pública y de ahí la realidad de las finanzas y los beneficios que la sociedad veracruzana deberá tener en este ejercicio fiscal.

Lo lamentable, es lo que se ha observado en las comparecencias en donde hay reconocimiento de, por lo menos, las secretarías que han estado en la glosa del congreso del estado hay claros vestigios que los Secretarios no han ejercido en un gran porcentaje los recursos públicos y que han llegado a la Cámara de Diputados con cuentas muy por debajo de lo que la ciudadanía espera que estas dependencias invirtieran para el beneficio social.

Ese “dinero público que ahorraron” no se verá más porque al cerrarse las finanzas, lo gastado es lo único que se contabiliza, lo no gastado no es ahorro es ineficiencia, porque pedir dinero para no gastarlo en una aberración política que siembra incertidumbre sobre la capacidad de los funcionarios para invertir en obras y servicios públicos.

De hecho hay agravantes que la propia secretaria de hacienda, en el contexto federal, califica como subejercicio y para los años venideros lo que no se gastó no se verá y no queremos ser reiterativos, pero, ante la amenaza de un recorte presupuestal del 30%, aunada a la nueva deuda que el Gobierno del Estado acaba de contraer, para estar en posibilidades de sufragar el pagos de prestaciones, sueldos y aguinaldo de burócratas, hará más complicado el año venidero si se confirma que los funcionarios no gastaron por ahorrar y cayeron, sin saber, a uno de los subejercicios más lamentables, el del primer año de gobierno.

Las escusas todas son conocidas, la herencia maldita de los gobiernos anteriores hizo crisis en este primer año en los estados de la 4t.

Qué debemos esperar para el 2020, si todos los pronósticos están en contra y la duda emerge en el espacio del territorio veracruzano; será verdad que los funcionarios del gobierno actual no saben gastar, ni invertir la pregunta se sabrá hasta que los entes fiscalizadores nos informen, sin que haya suspicacias o arreglos para maquillar los datos, ya se verá ya se verá.

Suburbio 1

Terminaron los arreglos de asfaltado allá por la fiscalía, sin embargo, quedaron unos boquetes (baches) que están cobrando llantas y rines…

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