Carlos Alberto Duayhe Villaseñor.- Hay muy pocas  dudas de los compromisos irrenunciables de la cuarta transformación en su calidad de gobierno en la República Mexicana.

Principalmente en lo que toca a la reivindicación de los sectores apartados ya no se diga del crecimiento económico ni  el desarrollo, sino de lo más elemental (educación, salud, alimentación, oportunidades) como ocurre a la mayoría de la población desde la misma Colonia.

Algo así como 70 millones de connacionales económicamente – como dijo un gran profesional de la economía en una clase universitaria- jodidos.

Enorme tarea la de esta gran nación conducida –ya no se hable de siglos- décadas y décadas por connotados – salvo grandes mujeres y hombres excepcionales- por políticos mediocres y un sector económico que incurrió en las mismas prácticas: si ellos lo hacen por qué nosotros no y ahí no la llevamos, entre aciertos, desaciertos y la estela de corrupciones al por más, justicia a modo, impunidad y la gran oleada de la delincuencia organizada que entiende poco de razones.

Ningún político salta este desafío, sean de derecha, centro, izquierda, desde la perspectiva de transformar a la nación.

El discurso nunca los exceptúa, hasta que llegan al poder y al reparto de intereses de toda índole, desde la más modesta plaza alcanzada hasta sueldos de un millón de pesos por mes y bono de salida y pensión para no pasar fríos ni calores.

Ejemplos, muchos.

Desde la fe republicana, democrática, plural, tolerante, abierta, hasta los más próximos a las religiones, todo sea por la sociedad mexicana y sus diversos escalones, desde el más alejado de las sierras del norte hasta los apartados de la Península yucateca.

El caso fue robar mucho eso sí, sin dejar de atender algunos de los pilares que sostienen todo el entramado de la nación mexicana, a través de instituciones públicas de asistencia como son IMSS, ISSSTE, Pemex, CFE, Solidaridad, Diconsa, Conasupo, Prospera, Seguro Popular, SNTE, CNTE, sobran pues.

Lo interesante del asunto es que para todo eso se requieren recursos fiscales: el gobierno recibe lo que la economía toda le entrega como tasas impositivas, a la producción y al consumo.

La 4 T da prioridad a la marginación, salvo que la pregunta es cómo hacerlo si se pretende dar los beneficios esenciales ya mencionados como educación y salud gratuita y universal a todos los 125 millones que integran el país.

Por eso llama la atención lo dicho por  el dirigente interino del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Alfonso Ramírez Cuéllar, quien propone al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)  facultades y entre a cualquier domicilio sin ningún impedimento legal para medir el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas”.

“El INEGI también debe tener acceso a las cuentas del Servicio de Administración Tributaria y a toda la información financiera y bursátil de las personas», indicó Ramírez Cuéllar en su comunicado.

Todo esto para que se conozca que en México hay  una concentración de riqueza que se desconoce, contrario a lo que ocurre con la pobreza y que ya mide el organismo.

Petardo al aire que ya ha originado toda clase de reacciones entre las clases medias y altas como si el gobierno no supiera quién es quién.

Así que los enviados del Inegi tocarán la puerta y entrarán a la cochera, por lo que hay que tapar los mercedes, bmw, infinti y jaguares que ya no sabemos dónde ponerlos, eso sí con tapabocas y si bien les va, se les ofrecerá un chesco.

Atraques:

  1. Ya el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que lo del Inegi no va, ahora tendrá que ponerse de acuerdo con el dirigente de su partido Morena.
  2. Por fin las autoridades estatales de Puebla y Veracruz lograron la detención de una banda de asalta unidades en el tramo Orizaba hacia esa entidad, una de varias que hay por ahí y que aumentaron a raíz de la desarticulación de huachicoleros. Falta mucho.
  3. La transición energética es una realidad insoslayable, si las autoridades federales quieren cumplir compromisos globales. Si tienen que poner orden que lo hagan, más no frenar lo que produce energía menos contaminante, porque sobreexplotación de recursos hay.