En menos de 20 años, la población del ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum) se redujo de 6 mil a 36 por kilómetro cuadrado en estado silvestre por lo que está en peligro de extinción y su preservación compete a toda la sociedad, alertó un experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El anfibio, con características de las salamandras, pero más cercano a ranas y sapos, es endémico de la zona de chinampas, islotes artificiales que flotan sobre cuerpos de agua y se usan para el cultivo para la extensión territorial.

Es originario de los lagos del Valle de México y sobrevive en los canales de Xochimilco, alcaldía en el sur de la capital.

“El ajolote se encuentra en peligro de extinción, por lo que es necesario entender su conservación como una situación que compete a la sociedad en general, cuidar de su hábitat y generar estrategias que permitan a las personas relacionarse más con estos animales”, expuso en conferencia de prensa el investigador del Instituto de Biología de la UNAM, Luis Zambrano González.

Relató que en 1998 había 6.000 ajolotes por kilómetro cuadrado y en el último censo se realizó en 2014 “había solo 36 (…) y fue por esos censos nos dimos cuenta de que está al borde de la extinción y si no hacemos algo se perderá en vida silvestre en unos años”.

El investigador recordó que, al tratar de comprender los resultados, los expertos se dieron cuenta de que las razones por las cuales este tipo de anfibio se encuentra en posibilidad de desaparecer “es porque Xochimilco también lo está, debido a la contaminación, urbanización e introducción de especies ajenas”.

Debido a lo anterior, el Laboratorio de Restauración Ecológica, a su cargo, impulsó acciones para el estudio y preservación de la especie, entre ellas la creación de colonias de este tipo de salamandras, rehabilitación de chinampas, implementación de refugios, creación de la etiqueta chinampera, y la campaña.

Expuso que actualmente se crearon 36 refugios para la biodiversidad, se instalaron 71 biofiltros para mejorar la calidad del agua, y se rehabilitaron 40 chinampas y 5.5 kilómetros lineales de canales.

“De tener cero, ahora tenemos 5.5 kilómetros y queremos llegar a no menos de 100 kilómetros, esa es la meta”, dijo.

En su turno, Diana Laura Vázquez, coordinadora de la campaña AdoptAxolotl, que busca recaudar hasta un millón de pesos (unos 58 mil 207 dólares) en 2024 para preservarlos, rehabilitar chinampas, crear refugios, manifestó que de noviembre de 2022 a septiembre de 2023 se recaudaron más de 456 mil pesos (unos 26 mil 500 dólares), con 498 donativos (entre adopciones de axolotes y chinampas) a las que se sumaron escuelas, empresas, sociedad civil, universidades y la embajada británica.

Explicó que con esos recursos se mantiene la colonia experimental de 120 ajolotes, se revisa cuidadosamente su alimento, salud y variables hidrológicas, en tanto que a los 18 productores que trabajan con el programa de chinampa refugio también se les apoya económicamente, ya que el costo promedio para la rehabilitación es de 400 mil pesos y su mantenimiento bianual es de 200 mil pesos.

A este programa se sumó Conservation International México, cuya vicepresidenta, Leticia Gutiérrez Lorandi, precisó que la recuperación de los ambientes y el hábitat no pasan por proyectos y compromisos de uno o dos años, por lo que ayudarán en la evaluación de la calidad de agua por ocho años.