CAFÉ DE MAÑANA – Por José Luis Enríquez Ambell

Desde el resorte normativo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Industria Azucarera en México ha venido creciendo en problemas del orden por la contaminación en el agua, producto de su elevado consumo energético, descarga de agua con alta temperatura y gran contenido de materia orgánica (bagazo, cachaza y vinazas); elementos dañinos para el agua y la vida humana, así como, animal.

Y ahora que está por iniciar la Zafra 2023-2024 en los 50 ingenios del País -18 ubicados en el territorio veracruzano- hay otro factor igual de grave: la inseguridad pública.

En tiempos de corte de caña y molienda para producir azúcar, en las zonas de producción se ha venido incrementando en recientes años, hechos que hacen ver lamentables sucesos, temas que la ciudadanía comenta, percibe y siente en el ambiente.

Estamos a horas y días para que las 18 factorías establecidas en Veracruz arranquen la molienda de caña, pero la población de regiones cañeras y azucareras, que se dedican a esta actividad, se inquieta ante el peligro que conlleva el aumento de las actividades productivas junto al incremento de la inseguridad pública.

Quienes conocemos Veracruz y nacimos en una población cañera, productora de azúcar, somos hijos de la familia azucarera, condición que nos permite hablar de este tema de gran interés para la vida económica del estado y México.

El esfuerzo del trabajo de varias generaciones en el universo de la caña de azúcar por más de 100 años, dan movimiento a la economía de miles de personas y familias.

Somos una entidad (INEGI) con 8.3 millones de habitantes, donde existen 18 ingenios azucareros en producción, de los 50 que hay en el país – el 36% de ellos- que permiten a 1 millón 500 mil veracruzanos -alrededor del 18% de la población- vivir el presente y forjarse un futuro. Esto se traduce en que las tierras cañeras y los ingenios sean parte de la espina dorsal en la economía de todo Veracruz y para México.

Entre noviembre y diciembre inicia la época de zafra y producción de azúcar, y con ello la movilización de otros sectores productivos; sin embargo, también aumenta la inseguridad en las regiones y municipios – poco más de 90 de los 212, es decir, cerca del 42% de ellos-, donde están asentados los ingenios.

Es contradictorio lo que ocurre; lo positivo que trae el esfuerzo de las personas y la movilidad económica viene acompañado de la sombra de quienes quieren llevarse esa riqueza sin tener que trabajar por ello. No sólo es injusto también es contrario al desarrollo económico y social, pues restan a la paz como a la tranquilidad.

DE SOBREMESA

En cada año que se avecinan o existen cambios de autoridades en lo municipal y estatal -por cambios de Ayuntamientos o Poder Ejecutivo- comienza el asomo de otro factor a considerar:
la discontinuidad o falta de organización de la seguridad pública entre ambos niveles. Ojalá los candidatos sumen a su agenda este tema, pero sin que las autoridades actuales actúen.

UN CAFÉ CON DOBLE CARGA

La seguridad pública no debería de estar separada, alejada o verse fragmentada en municipios con siembra de caña y producción de azúcar e incluso las dependencias responsables del sector agropecuario -SEDARPA y SADER- podrían participar en las llamadas mesas de seguridad que suelen sostener los mandos en su conjunto, pues la economía del entorno de la caña y azúcar, es una arteria relevante para el corazón de la vida nacional, no sólo de Veracruz.

UN CAFÉ LECHERO LIGHT DIVORCIADO

La Industria Azucarera es de las más antiguas de México y continúa con vida, y en Veracruz el campo y las centrífugas en las factorías, brindan sustentabilidad a más de un millón y medio de personas.

UN CAFÉ CON CANELA Y PANELA

Esta industria es parte de la estructura ósea -rígida y sólida- del cuerpo económico de norte a sur en el territorio estatal, y contribuye con gran solidez a la economía del País.

UN CAFÉ DE OLLA DE BARRO

Las chimeneas humearán desde ahora y hasta mayo o junio del 2024 en razón del corte de caña para abastecer a los molinos de las fábricas donde se muele la caña y se extrae el jugo en el proceso industrial que lo convierte en azúcar y comercializarla por diversas rutas: carreteras, ferroviarias y marítimas sobre todo.

UN CAFÉ NEGRO VERACRUZANO

Ojalá que el Gobierno federal y estatal no se olviden que los cañeros y azucareros también pueden participar -si los invitan y oyen- en las mesas de seguridad, y también en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec

¡ ES CUANTO !

José Luis Enríquez Ambell
[email protected]; [email protected]
Secretario General de la Federación Auténtica de Trabajadores del Estado de Veracruz (FATEV – JLEG) Registro Federal del Trabajo # 5844 y Director General de la Consultoría y Asesoría Integral AECAI Torre Ánimas en Xalapa, Ver.