Javier Laertes.- A pesar de que se trata de una aspiración legítima que permite la ley, el titular del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), Lorenzo Antonio Portilla Vázquez ha sido objeto de ataques.

Y es que si bien el día que presentó su registro, donde se reunió con legisladores locales afirmó que se mantendría alejado de los medios para “evitar suspicacias”, los “golpes mediáticos” no cesaron.

“En los últimos meses he visto y conocido de acciones de insulto, denostación y otras, muy lamentables todas, que me han dejado una experiencia y una reflexión sobre el comportamiento humano, ¿cómo es posible que alguien que aspira y pretende asumir la posición de Auditor General del ORFIS, sabiendo que para ello se requiere como persona contar con valores y principios éticos y morales, puede asumir estrategias tan bajas para lograr una posición?”, señaló.

En el mensaje que semana a semana hace público, el Auditor del Estado dio cuenta de esta situación, donde además hace varias anotaciones, documento que se transcribe íntegro a continuación:

Cuando me inscribí ante la Comisión Permanente de Vigilancia del H. Congreso del Estado, para el Proceso de selección y designación al cargo de Auditor General del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz, periodo 2019-2026, comenté lo siguiente:

…Estoy aquí para inscribirme en el proceso de selección y designación al cargo de Auditor General del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, según marca la convocatoria publicada por este Congreso Local.

Vengo con el propósito de que se pueda dar continuidad al trabajo que se ha desarrollado, posicionando al ORFIS, en un espacio de modernidad, transparencia y cumplimiento del deber, esto ha dado como resultado el mayor número de observaciones y denuncias presentadas ante las autoridades encargadas de la procuración de justicia en el país y en la entidad.

Acudo como un ciudadano más que busca dirigir el destino de la fiscalización no para servirme, como muchos han tratado de acusar, sino para servir, servir a la población que vive al día y quiere ver reflejado su esfuerzo en obras y acciones de su gobierno con el uso pulcro de los recursos públicos, vengo sin sesgos partidistas y sin pugnas personales.

Vengo además, como un servidor público que se ha preparado y que conoce profundamente el cargo y el quehacer de la fiscalización, y que en la nueva etapa del ciclo Institucional aspira a ser un hombre útil para la transparencia y la rendición de cuentas.

Soy un aspirante sin ventajas, aun cuando ostente el cargo de Auditor General del Órgano de Fiscalización Superior del Estado, toda vez que, la decisión no depende del nombramiento que actualmente tengo, sino de la votación de quienes integran esta Honorable Legislatura, y ellos serán quienes juzguen el trabajo que se ha hecho en el Órgano de Fiscalización Superior.

Estoy aquí, transparente, cumpliendo con mis responsabilidades, pues mi prioridad en estos momentos en el ORFIS es concluir los Informes Individuales, Generales y Especiales de las Cuentas Públicas 2018, por lo tanto, no podría estar ausente de mi responsabilidad principal.

Sin embargo, para no dar pie a suspicacias, me mantendré en un periodo de silencio, respetuoso del proceso de selección aun así, cuando estoy seguro que seré blanco de ataques por aquellos que tratan de empañar mi trabajo y la trayectoria que tengo.

Me mantendré trabajando, en un periodo de bajo perfil, saliendo únicamente cuando mi encargo me obligue a acudir ante este H. Congreso para las reuniones propias de la fiscalización que me corresponde llevar a cabo y cuando sea llamado como parte del proceso de selección.

Soy contador, soy un fiscalizador, conozco los elementos técnicos y normativos, sin embargo no soy ajeno a las cuestiones políticas y a sus vaivenes, entiendo de eso y por ello es que creo que en las próximas semanas se vendrá contra mí una ola de ataques, que desde ahora lo manifiesto que no responderé, pues no hay un sólo tema o situación en mi vida profesional o privada que vaya contra la ley, la honestidad y la ética.

En los últimos meses he visto y conocido de acciones de insulto, denostación y otras, muy lamentables todas, que me han dejado una experiencia y una reflexión sobre el comportamiento humano, ¿cómo es posible que alguien que aspira y pretende asumir la posición de Auditor General del ORFIS, sabiendo que para ello se requiere como persona contar con valores y principios éticos y morales, puede asumir estrategias tan bajas para lograr una posición?

“No se necesita destruir a otro para alcanzar lo que uno pretende”, el mérito esta en lograrlo por tus esfuerzos, por tus logros por tu trayectoria, por tu prestigio público y privado, en síntesis, por tus capacidades, atributos y por tu integridad personal y profesional…

A días de designar la terna, estoy recibiendo ataques hacía mi persona, los cuales no responderé, porque quienes hemos trabajado en la administración pública durante toda una vida, nos forjamos una imagen que habla por sí sola. Respeto y soy leal a la Institución a la que me debo: al ORFIS.