Francisco L. Carranco.- Como siempre, surgen muchas versiones en torno a la responsabilidad luego de haberse perpetrado un delito, nadie, nadie, nadie quiere tener la culpa y, pronto, aparece el fatídico “sí hubiera…” en este caso, hecho lo correcto no lamentaría, el robo de un millón de pesos en una sucursal bancaria de Plaza Américas un cuentahabiente despojado del dinero.

¿Qué es lo correcto, nos preguntamos, y  para quién? las dudas surgen porque ¿quién? en estos momentos, tiene la capacidad económica  de tener una suma tan importante en efectivo y transportarla a su casa, rancho o municipio, el agraviado es o vive en la comunidad de Chavarrillo, para una relativa transacción que requiere de esa cantidad de dinero.

Por supuesto que hay suspicacias sobre el asunto y la víctima del robo tendrá que dar explicaciones ¿del por qué y para qué? quería el efectivo; en la investigación que se debe estar efectuando, el cuentahabiente robado, tendrá que dar explicaciones y garantizar con la verdad a las autoridades policiacas el destino final del dinero.

El hecho de asistir sólo a la sucursal bancaria de Bancomer en Plaza Américas, le da un plus de inocencia porque aún se consideraba que en la Ciudad de Xalapa, el crimen estaba controlado, la Secretaria de Seguridad Pública, día a día, reporta detenciones de delincuentes, hay patrullaje de elementos de la policía en toda la ciudad y eso genera un “clima” de confianza.

Y digo relativo, porque en los reportes de la policía no se informa de los delincuentes detenidos en flagrancia, ni de sospechosos fuera de las tiendas departamentales, plazas, comercio, bancos, etcétera, que hayan sido intervenidos por actitudes extrañas en el interior del banco.

Sin embargo, estos hechos por la magnitud de la cifra robada, exhibe que la actividad delictiva sigue y va en aumento en la capital del estado, con eventos que sacuden la confianza del ciudadano, cómo la de este sujeto que con toda la confianza asiste a una sucursal bancaria y en el preciso momento de recibir el dinero es asaltado sin que haya reacción inmediata de la policía, el propio banco y la seguridad de la Plaza.

Los delincuentes salieron del banco y afuera del banco había patrullas que, aparentemente, iban a escoltar a esta persona y su dinero hasta la población o destino final, para, precisamente, evitar que fuera a ser una víctima de robo.

Las dudas siguen y se pone más dificil el caso, porque la Secretaria de Seguridad Pública, de inmediato se deslinda de la solicitud de apoyo para custodiar al dinero y a la persona que lo porta; el banco ante la cantidad de dinero tampoco advierte al sujeto que no es recomendable salir a la calle con tanto dinero y la confianza de la víctima de creer que en esta ciudad no pasa nada, conjuga las peripecias alrededor del delito de lo que “hubiera” hecho para evitar el cuantioso robo.

Insistimos que la propiedad del dinero y su uso es cosa de la persona robada, sin embargo, parte de lo que la policía en estos momentos investiga es el uso y destino final de la cantidad, quizás se utilizaría para pago de jornales a campesinos o trabajadores que cobran semanalmente y en efectivo, porque las compras de autos, terrenos y casas, necesariamente, son adquiridas por transferencias bancarias y el SAT tiene el control sobre los traslados de dominio.

Pocas veces, los bancos están preparados para un retiro de esa magnitud en efectivo, lo que pone entredicho si es que el banco solicitó a la Panamericana abastecer el bando de tanto dinero para poder realizar el retiro y, ante esta especulación surge la suspicacia de la complicidad de los empleados de banco que avisan a los delincuentes de operaciones con tanto dinero, porque, se repitió la misma escena suscitada recientemente en un banco de Veracruz, donde la víctima fue asaltada por delincuentes que sabían que esa persona llevaba una suma importante de dinero.

En el caso Xalapa, el asalto fue en el interior del banco y nadie vio hacia donde se fueron los maleantes si en auto, caminando o corriendo, si había más cómplices no se sabe nada, nada nada.

Las instituciones de seguridad pública se cimbraron ante este hecho, porque se les salió, nuevamente, el control de la seguridad y, principalmente, en la cotidianeidad de la actividad comercial, social, económica en que la gente tienen que realizar sus actividades.

Por todos lados vemos patrullas, van y vienen por toda la ciudad y, el índice delictivo del fuero común, no baja; el Gobierno del estado acaba de sostener una reunión importante donde se replantearon las estrategias de seguridad y, al parecer, todo quedó en retórica, porque un evento de esta magnitud, dónde un irresponsable ciudadano acude a retirar un millón de pesos y que cree que nadie lo vio o que a nadie llamó la atención, tiene a las autoridades de seguridad publica estatal y municipal otra vez en el ojo del huracán donde la ciudadanía ve que todos los avances en seguridad,  se quedan en el discurso y que la violencia, delincuencia, inseguridad y actividades antisociales es real. Donde está la seguridad.

Suburbio 1

Parroquianos de la ciudad que, cotidianamente, asisten al balneario de Carrizal denunciaron que las albercas con aguas termales ha sido cerradas por el COFEPRIS, según que las aguas están contaminadas, sin embargo, pobladores, trabajadores y propietario han mencionado que los análisis no se han sido presentados por ese organismo que, deliberadamente, cerró las puertas de las albercas y dejó sin sustento a, por lo menos, 300 personas que trabajan directa e indirectamente en ese lugar, y nadie sabe nada del análisis.

Metrópoli

El Robo del MiIllón

Francisco L. Carranco

Como siempre, surgen muchas versiones en torno a la responsabilidad luego de haberse perpetrado un delito, nadie, nadie, nadie quiere tener la culpa y, pronto, aparece el fatídico “sí hubiera…” en este caso, hecho lo correcto no lamentaría, el robo de un millón de pesos en una sucursal bancaria de Plaza Américas un cuentahabiente despojado del dinero.

¿Qué es lo correcto, nos preguntamos, y  para quién? las dudas surgen porque ¿quién? en estos momentos, tiene la capacidad económica  de tener una suma tan importante en efectivo y transportarla a su casa, rancho o municipio, el agraviado es o vive en la comunidad de Chavarrillo, para una relativa transacción que requiere de esa cantidad de dinero.

Por supuesto que hay suspicacias sobre el asunto y la víctima del robo tendrá que dar explicaciones ¿del por qué y para qué? quería el efectivo; en la investigación que se debe estar efectuando, el cuentahabiente robado, tendrá que dar explicaciones y garantizar con la verdad a las autoridades policiacas el destino final del dinero.

El hecho de asistir sólo a la sucursal bancaria de Bancomer en Plaza Américas, le da un plus de inocencia porque aún se consideraba que en la Ciudad de Xalapa, el crimen estaba controlado, la Secretaria de Seguridad Pública, día a día, reporta detenciones de delincuentes, hay patrullaje de elementos de la policía en toda la ciudad y eso genera un “clima” de confianza.

Y digo relativo, porque en los reportes de la policía no se informa de los delincuentes detenidos en flagrancia, ni de sospechosos fuera de las tiendas departamentales, plazas, comercio, bancos, etcétera, que hayan sido intervenidos por actitudes extrañas en el interior del banco.

Sin embargo, estos hechos por la magnitud de la cifra robada, exhibe que la actividad delictiva sigue y va en aumento en la capital del estado, con eventos que sacuden la confianza del ciudadano, cómo la de este sujeto que con toda la confianza asiste a una sucursal bancaria y en el preciso momento de recibir el dinero es asaltado sin que haya reacción inmediata de la policía, el propio banco y la seguridad de la Plaza.

Los delincuentes salieron del banco y afuera del banco había patrullas que, aparentemente, iban a escoltar a esta persona y su dinero hasta la población o destino final, para, precisamente, evitar que fuera a ser una víctima de robo.

Las dudas siguen y se pone más dificil el caso, porque la Secretaria de Seguridad Pública, de inmediato se deslinda de la solicitud de apoyo para custodiar al dinero y a la persona que lo porta; el banco ante la cantidad de dinero tampoco advierte al sujeto que no es recomendable salir a la calle con tanto dinero y la confianza de la víctima de creer que en esta ciudad no pasa nada, conjuga las peripecias alrededor del delito de lo que “hubiera” hecho para evitar el cuantioso robo.

Insistimos que la propiedad del dinero y su uso es cosa de la persona robada, sin embargo, parte de lo que la policía en estos momentos investiga es el uso y destino final de la cantidad, quizás se utilizaría para pago de jornales a campesinos o trabajadores que cobran semanalmente y en efectivo, porque las compras de autos, terrenos y casas, necesariamente, son adquiridas por transferencias bancarias y el SAT tiene el control sobre los traslados de dominio.

Pocas veces, los bancos están preparados para un retiro de esa magnitud en efectivo, lo que pone entredicho si es que el banco solicitó a la Panamericana abastecer el bando de tanto dinero para poder realizar el retiro y, ante esta especulación surge la suspicacia de la complicidad de los empleados de banco que avisan a los delincuentes de operaciones con tanto dinero, porque, se repitió la misma escena suscitada recientemente en un banco de Veracruz, donde la víctima fue asaltada por delincuentes que sabían que esa persona llevaba una suma importante de dinero.

En el caso Xalapa, el asalto fue en el interior del banco y nadie vio hacia donde se fueron los maleantes si en auto, caminando o corriendo, si había más cómplices no se sabe nada, nada nada.

Las instituciones de seguridad pública se cimbraron ante este hecho, porque se les salió, nuevamente, el control de la seguridad y, principalmente, en la cotidianeidad de la actividad comercial, social, económica en que la gente tienen que realizar sus actividades.

Por todos lados vemos patrullas, van y vienen por toda la ciudad y, el índice delictivo del fuero común, no baja; el Gobierno del estado acaba de sostener una reunión importante donde se replantearon las estrategias de seguridad y, al parecer, todo quedó en retórica, porque un evento de esta magnitud, dónde un irresponsable ciudadano acude a retirar un millón de pesos y que cree que nadie lo vio o que a nadie llamó la atención, tiene a las autoridades de seguridad publica estatal y municipal otra vez en el ojo del huracán donde la ciudadanía ve que todos los avances en seguridad,  se quedan en el discurso y que la violencia, delincuencia, inseguridad y actividades antisociales es real. Donde está la seguridad.

Suburbio 1

Parroquianos de la ciudad que, cotidianamente, asisten al balneario de Carrizal denunciaron que las albercas con aguas termales ha sido cerradas por el COFEPRIS, según que las aguas están contaminadas, sin embargo, pobladores, trabajadores y propietario han mencionado que los análisis no se han sido presentados por ese organismo que, deliberadamente, cerró las puertas de las albercas y dejó sin sustento a, por lo menos, 300 personas que trabajan directa e indirectamente en ese lugar, y nadie sabe nada del análisis.

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